Madrid es sinónimo de fiesta, de ganas, de energía, de cuerpos que bailamos sin importarnos el sitio ni la hora, de gente que estamos hartos de gaviotas homófobas que nos proponen tomar un relaxing café con leche in the Plaza Mayor. Los que vivimos en esta ciudad nos sentimos orgullosos de ella, porque sabemos que aquí se acoge a todo el que llega, con los brazos y las piernas abiertos, aceptándole tal cual es a ver qué remedio. Aquí ha venido gente con ganas de comerse el mundo y más cosas y han salido hechos artistas de primera, mirad Almodóvar, con dos Oscars bajo el brazo y ese montón de películas suyas que no podemos dejar de ver una y otra vez.
Y que Madrid es genial (no solo Chueca como canta Kika Lorace) lo piensan también dos chicos que en estoybailando.com nos gustan mucho, Alberto y Gonzalo tanto monta monta tanto, Dos Bigotes. Y si un bigote nos pone, ¡imaginaros dos! En el pasado ya os hemos hablado de algunos de los títulos que han publicado estos dos profesionales de los libros que han apostado por lo LGTBI desde una nueva perspectiva. Ahora volvemos a ellos para contaros su última propuesta, El cielo en movimiento. De la movida al nuevo Madrid en treinta miradas. Tal y como dice el título, 30 aportaciones de otros tantos autores en las que se repasa ese mítico Madrid de los años 80 que ahora recordamos como kitsch y vintage, y que entonces era excéntrico, arriesgado y rompedor. Hasta llegar al actual, a una ciudad con ganas de liberarse, sacudirse la caspa de los últimos años y volver a ser un punto en el mapa sinónimo de modernidad, creatividad y consolidación de los derechos conquistados por la comunidad LGTBI.
Además del ya mencionado Almodóvar, por estas páginas pasan ilustres de la literatura ya reconocidos como Eduardo Mendicutti a otros más recientes como nuestro adorado Paco Tomás, Fernando J. López con un texto teatral sobre un tercer encuentro sexual maravilloso, Iñaki Echarte contando cómo se vino desde Pamplona, José Luis Serrano es usted un maduro interesante (elputojacktwist) contando lo que ha cambiado todo desde que él llegara de Ciudad Real en los años 80 y la primera incursión like a virgin de Oscar Esquivias en Chueca a finales de esa década cuando él tenía dieciséis años.
El poema de Oscar Espírita describiendo la Gran Vía es genial, mucha atención al cómic de Luisgé Martín y Axier Uzkudun y a las ilustraciones que de 1980 a 1985 realizó Gerardo Amechazurra para El País Semanal, son la mejor manera de comprobar cuál era el espíritu de la famosa movida madrileña. Una naturalidad descarada desnuda cual chulazo, sin pudor ni vergüenza alguna. Y no podemos dejar de destacar las aportaciones con intención reivindicativa de los derechos LGTBI. Las fotografías de Abel Azcona un día tenemos que hablar a solas tú y yo sobre sus performance acerca de los tiempos en que dos hombres o dos mujeres podían acabar en prisión por besarse o ir de la mano, la revindicación feminista de María Castrejón, o el certero análisis político al respecto del momento actual de R. Lucas Platero.
Y más, hay mucho más en El cielo en movimiento, más autores, más textos, canciones, ilustraciones, poemas con los que conocer mil y una facetas de esta ciudad que no es de los buitres homófobos que la pretenden amordazar y han considerado inconstitucional el matrimonio entre dos personas del mismo sexo, no, no es de ellos. Madrid es de todos los que vivimos en ella y de los que la visitan. El Madrid grande, de todos y para todos, ese que habla alto y claro y del que nos sentimos orgullosos es el que se puede leer en este gran trabajo de Dos Bigotes. ¡Bravo chicos!
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