Irvin Baxter Jr., un telepredicador que durante años deseaba la muerte al colectivo LGTB+ en su programa de TV, muere del mismo coronavirus que (según él) Dios envió a la tierra como castigo para los que fornican fuera del matrimonio.
El reverendo Irvin Baxter Jr. ha muerto. Seguramente no sabes quien es pero él sí sabía quién eres tú: alguien que merece morir. Porque el bueno de Irvin, fundador de Endtime Ministries (Los Ministerios del Fin de los Tiempos, que será como se llame la última temporada de la serie de TVE) y presentador del programa End of Age (qué perra tenía con cosas que se acaban) en la televisión cristiana Trinity Broadcasting Network, era de los que creen que Dios es amor y fraternidad… pero todos los que no pensaran como él merecían morir entre terribles sufrimientos.
Pero se ha muerto él.
Y Dios me libre de hacer mofa de un muerto, por mucho que para él y sus seguidores yo merezca colgar del cuello en la plaza del pueblo por sentirme atraído hacia los penes; pero es que hay que reírse. Tal y como han comunicado desde Endtime Ministries, Irvin Baxter Jr. murió el pasado 3 de noviembre a los 75 años, tras pasar una semana hospitalizado por la COVID-19. Una víctima más de la terrible pandemia mundial… que según Irvin era culpa de los maricones, las bolleras y las parejas que fornican fuera del matrimonio.
¿En qué grupo encajaría él?
Y es que cuando el pasado mes de marzo la pandemia comenzó a extenderse por Estados Unidos, al amigo Irvin no se le ocurrió otra cosa que encender las cámaras y decir que la pandemia venía a ser el castigo de Dios por «el pecado del fornicio«. Y lo desarrolló, ¿eh? No te creas que esto es como cuando viene una terf a decirte que con la nueva ley trans los hombres nos pondremos peluca para entrar en los vestuarios femeninos, no. Que Irvin a veces encendía el cerebro para poder hilar conceptos por muy absurdo que resulten: «Hay 7.5 millones de parejas viviendo juntas en los Estados Unidos, no en todo el mundo, solo en América. 7.5 millones de parejas. Eso significa que hay 15 millones de personas que viven juntas sin estar casadas.«
Que no sé si en esos 7.5 millones también cuenta a maricones, bolleras y bisexuales; pero es que vamos a ver Irvin: cómo me echas la culpa a mí de no estar casado si eras tú el que me quería prohibir que me casara. De verdad, es que yo así no puedo, Irvin.
«Si creemos que podemos ignorar a Dios y llevar un estilo de vida pecaminoso«, continuó Irvin en su intervención televisada que espero sea la pieza audiovisual central en su funeral, «Bueno… no podemos hacerlo.» Y chimpún. No puedes. ¿Por qué? Porque según Irvin: «Creo en lo que me estáis diciendo, que Dios puede estar usando esto como una llamada de atención. Este coronavirus puede ser un privilegio, porque os lo voy a decir: se acerca un juicio mucho mayor. Está en la Biblia.«
Pues total: que tú te pasas el día comiendo penes, cabreas al Señor, manda un coronavirus y va y se muere Irvin. Hay que reconocer que Dios tiene mucho sentido del humor. Porque crear un virus para castigar a la humanidad por fornicar como posesos y acabar matando con el mismo a un señor que seguro que jamás de los jamases cometió ningún pecado (sí, decía que a los homosexuales «habría que sacrificarlos», pero eso no es problema en la viña del Señor)… es de ser más rata que un Impostor en el Among Us.
En cualquier caso, si la noticia del fallecimiento de este señor te ha apenado y quieres mostrar tus condolencias, que sepas que desde Endtime Ministries han pedido que no se envíen flores. Que les enviéis dinero, que así pueden seguir con el trabajo de Irvin (que, suponemos, pasará por culpar de la futura crisis económica de 2021 a las mujeres que toman la píldora).
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