Un estudio de la Universidad de Pittsburgh confirma que los hombres homófobos y machistas con rasgos de masculinidad tóxica son más propensos a convertirse en acosadores, agresores sexuales; a sufrir enfermedades mentales y a suicidarse. Lo tienen todo.
Queridos amigos: la masculinidad tóxica es perjudicial para tu salud.
Y no lo digo yo, aunque podría porque sé muchas cosas y valgo más por lo que callo que por lo que hablo. Pero no. Lo dicen otras personas considerablemente más inteligentes que yo; personas que estudian mucho y que realizan una nuestras cosas favoritas en esta web: ¡ESTUDIOS CIENTÍFICOS!
Un grupo de investigadoras de la Universidad de Pittsburgh han llegado a la conclusión de que la masculinidad tóxica hace a los hombres más propensos a: 1.- Ser lo puto peor 2.- Suicidarse
El estudio se realizó utilizando la escala de la Caja de Sálvame Masculinidad, una técnica desarrollada por el consorcio por la igualdad de género Promundo-US en los años ochenta y que sirve para estudiar hasta qué punto lo que la sociedad espera del rol del hombre afecta a éste; confrontándole con situaciones hipotéticas y analizando su reacción. La versión original tenía un montón de preguntas pero para este estudio, realizado entre 3000 hombres de varios países, se realizaron 15 preguntas que cubrían temas como la agresividad, el control, actuar como un tipo duro, la hiper-sexualidad, el atractivo físico y los roles de género.
Por ejemplo, una de las afirmaciones que esos 3000 hombres tenían que evaluar era la frase «Un tío gay no es un hombre de verdad«.
O «Que los heteros tengan amigos gais es totalmente normal«.
Al analizar todas las respuestas el resultado fue muy claro: los hombres con mayor puntuación en esa «Caja de Masculinidad» (los más «machos» y con más odio LGTBfóbico y misógino) son más propensos a sufrir enfermedades mentales.
Y no solo eso. Esos hombres son cinco veces más propensos a convertirse en acosadores sexuales, a pasarse el día en redes sociales haciendo bullying online o a solucionar sus problemas a hostias. Y tienen el doble de posibilidades de acabar desarrollando una depresión y tener tendencias suicidas. «Estos hallazgos resaltan lo perjudiciales que las masculinidades tóxicas pueden ser para las personas que las aprueban; así como para sus colegas, familias y comunidades«, explica una de las autoras de la investigación Amber Hill, «Es importante recordar que individuos de todos los géneros son influenciados y reciben el impacto de la sociedad heteronormativa en la que vivimos«.
Y ahora que sabemos eso:
Pues ahí está la cosa. Para la antropóloga médica Elizabeth Miller, que es otra autora del estudio, «ha habido mucho debate alrededor de las masculinidades tóxicas en los medios y en la comunidad científica«; pero «nadie se ha puesto de acuerdo en una forma estandarizada para medir el concepto«.
Vamos: que todos sabemos que las masculinidades tóxicas no pueden traer nada bueno (porque son -OJOCUIDAO-: TÓXICAS) pero aún no está muy claro cómo medirla y cómo solucionarla. En La Super Queer la solucionaríamos a hostias hablamos hace unas semanas con Rubén Errebeene sobre estas masculinidades en una entrevista con travestis (una #Entravesti) que te dejamos aquí abajo para que no tengas que moverte: