Eva al desnudo me salvó la vida. Cuando me ofrecieron el papel de Margo Channing, acababa de ser atropellada por el mismo camión que arrollaba a esa maldita gorda en la película: Había cumplido ya los 40.» Bette Davis
Corría el año 1949. Desterrada de la Warner donde había reinado durante casi dos décadas (¿recuerdas cuando tú reinabas en el Griffin’s, honey?) y sin apenas ofertas laborales, Davis era considerada una actriz madura acabada. Pero, gracias a uno de esos caprichos del destino, Claudette Colbert , la actriz proyectada para interpretar a Margo Channing en el clásico de Joseph L. Mankiewiecz, se lesionó la espalda y viéndose imposibilatada de recuperarse a tiempo Eva al desnudo llegó a manos de Bette.
Esta magistral sátira sobre el mundo del teatro obtuvo un enorme éxito de crítica y público en el momento de su estreno siendo galardonada con seis Oscar y revitalizó de paso la carrera languidecente de la antigua majestad de la Warner (aunque la estatuilla dorada a la mejor actriz a la que fue candidata por el film se le resistió a Bette).
Pocas veces la encarnación de un personaje de diva por parte de otra diva ha alcanzado tal grado de perfección como en el caso de Margo Channing personificada en Bette Davis (los intentos de Marta Sánchez de ser la Madonna cañí no cuentan). Asimismo, pocos desdoblamientos de diva en diva han generado una fascinación y un furor imitativo tan desbordantes entre el público gay.
¿En qué radica el embrujo homosexual que destila Margo/Bette? Responder someramente a esta cuestión nos lleva a delimitar también el paralelismo íntimo existente entre Davis y el rol de estrella teatral en decadencia que era Channing.
1. La autenticidad del divismo de Margo/Bette convierte cualquier situación de la vida ordinaria en una gran escena con frase redonda incluida.
Recordemos que el sarcasmo y la agudeza verbal de Davis eran igual de legendarios y temidos que los de la protagonista de la obra maestra de Mankiewicz.
2. Una diva como Margo/Bette hace de un visón una prolongación de su personalidad sin darle más importancia que a un abrigo de paño.
No siendo una esclava de la moda, Bette Davis confería una impronta estelar a cada atuendo que lucía en público o en sus películas sometiéndolo a su persona… Eso sí, cariños: tened presente que es imposible tener clase de diva con un fondo de armario lleno de camisetas de licra.
3. La ira de Margo/Bette no conoce medida cuando ha de pelearse con su hombre envenenada por los celos.
Las relaciones amorosas que Davis mantuvo con sus maridos y amantes fueron habitualmente volcánicas. Al primer día de rodaje de Eva al desnudo llegó con la voz rota tras una interminable noche de bronca con su tercer marido. De ahí crearon Mankiewicz y ella el registro vocal que tendría Margo Channing.
4. A pesar del modo arisco con el que se conduce en la vida, Margo/Bette oculta en verdad a un ser de femineidad vulnerable, que nada tiene que ver con las nenazas histéricas tocacojones que son muchas ex reinas del Griffin’s.
Bette Davis siempre se reconoció fracasada al no haber podido hacer que sus hombres amaran a la mujer sensible que había detrás de la estrella poderosa que era.
5. Como diva de raza Margo/Bette carece del más mínimo grado de auto compasión.
El rechazo que Davis sentía hacia el sentimentalismo podía llegar a hacerla caer en la crueldad, incluso hacia ella misma.
6. Aún necesitada de macho, la frustración de Margo/Bette ante la imposibilidad de hallar un hombre a la altura de su personalidad apabullante hace que, ocasionalmente, sienta odio hacia el género masculino.
Como mujer pasional que era, Bette Davis se veía arrastrada en más ocasiones de las deseables hacia aventuras decepcionantes que le hacían renegar temporalmente de los hombres. ¿Cuántas veces has dicho «nunca más» al salir con el rosetón destrozado del Boyberry y al día siguiente eres el primero en entrar?
A ti que haces de la existencia un escenario donde declamar tus frases ingeniosas, que conviertes cualquier prenda fashion en una parte de tu ser, que combates, te encelas, amas y odias a tus sementales y que a pesar de saberte marica frágil jamás te compadeces de ti mismo… No es preciso detallarte más puntos que expliquen porqué tu alma de diva idolatra a esa maldita gorda de Margo Channing/Bette Davis.
