Cuando el otro día vi a Jose María Aznar volver al Congreso para presentarse en la comisión de investigación sobre la financiación irregular del Partido Popular te aseguro que lo último que pensé fue que iba a escribir sobre ello en esta web. Primero porque no entiendo a santo de qué una investigación si el PP ya ha sido condenado judicialmente, sabemos que se financió ilegalmente y lo que habría que hacer es ilegalizarlo. Y segundo porque un a ver quién la tiene más grande entre Jose María Aznar y Gabriel Rufián se me antoja lo menos LGTB+ del mundo.

Pero tuvo que venir Arcadi Espada, con su cabreo 100% machirulo español, a escribir al día siguiente una columna defendiendo a Aznar y poniendo a parir a Rufián en la que soltó esto:

Por si alguno no lo conoce, Arcadi Espada es este señor:

Espera, voy a buscar otra foto para que no me acusen de manipular:

Que con la primera foto podrías pensar que Arcadi estaba de paso por Ciudadanos y que yo lo estaba escondiendo. Pero no, no, este señor es uno de los fundadores de Ciudadanos, ese partido que tanto os gusta a algunos y que es súper LGTBmoneyfriendly.

Arcadi Espada lleva años demostrando que su única función es, por un lado, ir a mítines de Ciudadanos para que los asistentes piensen que ahí hay cierto nivel cultural; y por otro lado liarla en la prensa para provocar al adversario político, contentar a la caverna mediática, ofender a un montón y abochornar a otros tantos.

La columna en la que Espada suelta la perla homófoba está publicada en el diario El Mundo, cuyo jefe de opinión (y, por lo tanto, responsable de lo que se publica en esa sección del periódico) es Jorge Bustos:

(Twitter)

A Jorge (que también es colaborador en La Sexta, la COPE y Telecinco; donde también es colaborador Arcadi Espada) le pareció fenomenal que se publicara esa frase en su periódico. Jorge (que, entre otras cosas, ya dejó claro que prefiere un gobierno corrupto a uno comunista) es muy amigo de Arcadi y ambos disfrutan asiduamente de los partidos del Real Madrid como invitados de Florentino Pérez. Que es un señor que no tiene nada que ver con esta polémica, pero así ves que hilo del que tiras en este país hilo del que cuelga Florentino.

Para sorpresa de Arcadi y de Jorge, la frase no molestó a Gabriel Rufián pero sí ha molestado a decenas de colectivos LGTB+, entre ellos l’Observatori Contra l’Homofòbia que denunció el artículo ante la Generalitat; que a su vez anunció que abriría diligencias de oficio contra Espada puesto que el artículo podría vulnerar la Ley contra la Homofobia. Espada, por su parte, ha dicho que la Generalitat puede hacer lo que quiera porque él no escribe «al dictado de cualquier lobby que estipule cuál ha de ser mi sintaxis«. No aclara, eso sí, si escribe al dictado de cualquier lobby siempre que éste no le estipule cuál ha de ser su sintaxis pero le invite de vez en cuando al fútbol.

Como no podía ser de otra manera, igual que Espada salió a morder en defensa de su querido Aznar, al fundador de Ciudadanos le ha salido otro defensor. Cristian Campos, «periodista» de El Español (el periódico de Pedro J. Ramírez, antiguo director de El Mundo) y enemigo número uno del independentismo (recuerda, todo esto vino porque Rufián le hizo preguntas a Aznar) decidió escribir un artículo defendiendo a Arcadi Espada… atacando al Observatori.

Cristian se marca una manipulación de primero de OkDiario y se pregunta por qué una asociación que retuitea mensajes en los que «la asociación Atzagaia, compuesta según sus propias palbras por ‘un grupo de maricas’» convoca a «‘agitar el culo en el vermut marica’» denuncia a Espada por usar el mismo lenguaje. Lo lamentable de todo esto no es que Cristian se pregunte eso, es que Cristian sabe perfectamente cuál es la diferencia entre el uso del «maricón» como insulto (en el caso de Espada) o como reapropiación del insulto (como hace el Observatori).

Pero es que Arcadi es su amigo:

 

Pues no contento con marcarse esa machirulada de hetero llorón que necesita poder llamarte maricón y se justifica en que tú llamas maricón a tus amigos, Campos afea al Observatori que ponga esa denuncia cuando el propio Rufián se ha tomado la frase de Espada con total naturalidad. No te voy a negar, Cristian, que lo ideal habría sido que Rufián no le siguiera el juego a Espada. Que cuando hablaron en El Programa de Ana Rosa (por si no la conoces, una presentadora que se ríe de la gente cuando la policía les da hostias y cuyo marido fue detenido por no sé qué de corrupción) lo inteligente por parte de Rufián habría sido negarse a contestar al insulto y denunciar que es pura mierda homófoba. Pero Rufián decidió seguirle el juego al amigo de Albert Rivera (y de Jorge Bustos y de Cristian Campos) tanto en la tele (que hasta le rió la gracia) como en Twitter:

Porque en política, todo vale. Y la homofobia les sale gratis.

Fíjate la retahíla de nombres y medios de comunicación que han salido hasta ahora en este post y, por lo pronto, los únicos que han denunciado explícitamente la homofobia inaceptable de las palabras de Espada han sido l’Observatori Contra l’Homofòbia y la Generalitat. Ni Jorge Bustos, ni Cristian Campos, ni Ana Rosa, ni Rufián ni por supuesto Espada han comentado si quiera de refilón que la expresión era, cuando menos, ofensiva. Aunque hay que ser justos: no me parece bien que Rufián entre al trapo y valide la «broma» restándole importancia al insulto, pero de todos esos es al único al que he visto ondear la bandera LGTB+ cuando ni era el Orgullo ni había cámaras enfocándole.

Es mucho más llamativo lo que le pasa a Ana Rosa, que no protesta por las palabras de su colaborador contra Rufián pero sí le molesta mucho que un cura dé un sermón homófobo (y en Telecinco lo resaltan bien, que se note que son gayfriendly):

Aunque es la palma se la lleva Cristian Campos, el que no entiende por qué no puede insultarme llamándome «maricón». Hace unos meses el también «periodista» Marc Villanueva publicaba en El Nacional.cat un lamentable artículo (que también se denunció desde l’Observatori) en el que cargaba contra el ex-conseller abiertamente gay Santi Vila por estar de vacaciones mientras sus compañeros ex-consellers están en la cárcel; y lo hacía con un texto tremendamente homófobo.

Y digo que es curioso lo de Cristian Campos porque en aquel momento no le hizo falta que le explicaran qué era homofobia y qué no era homofobia, lo entendió a la primera:

Sí, mejor cállate, Cristian.

Mejor cállate porque va a resultar que tú eres igual de homófobo que Villanueva. Va a resultar que, en el fondo, sois una panda de hipócritas que solo os acordáis del colectivo LGTB+ cuando se puede sacar rédito; ya sea a base de marcarse un pink-washing (Ciudadanos desviviéndose por hacernos creer que los vientres de alquiler son un problema del colectivo gay mientras su fundador nos usa como insulto y nadie se lo afea) o ya sea a base de demostrar que tu rival político es peor persona que tú (y resulta que sois iguales). El caldo de cultivo ideal para que, con la excusa de defender nuestros derechos, se vulneren nuestros derechos y nos quedemos con cara de gilipollas.

Pero esto no es algo nuevo en absoluto. Hace bastante tiempo tanto la ex-consellera Dolors Bassa como la escritora y periodista Empar Moliner cargaron contra l’Observatori acusándoles de trabajar al servicio de Ciudadanos cuando la ONG denunció públicamente que no se estaba aplicando la Ley contra la Homofobia que la Generalitat aprobó en 2014. Y no hace tanto tiempo en esta misma web denuncié que Susanna Griso tenía como invitado perenne en su programa a un ultracatólico machista, xenófobo, racista y homófobo que con la excusa de Tabarnia y la crítica al independentismo se estaba quedando a gusto.

Para más INRI en ese mismo programa durante este verano se le ha dado cancha constante a una señora franquista que ha insultado, ofendido y denigrado a decenas de colectivos en cada una de sus apariciones sin que ni la Fiscalía ni ninguna Asociación de Abogados Cristianos haya pensado que, tal vez, esas declaraciones van en contra de alguna ley. Pero a la Drag Sethlas la llevamos a juicio 70 veces.

A todo esto, no olvidemos cuando hace unos meses un profesor de la Universitat de Barcelona se vino arriba y se puso a insultar a Miquel Iceta, del PSC, describiéndole como un «engendro» que tiene «los esfínteres dilatados«. Y no lo olvidemos porque al final resulta que ese profesor tiene, a pesar de todo, más dignidad que todos los demás que han salido por aquí y dimitió tras la polémica por esos tweets.

 

Al final, como pasa siempre, tanto unos como otros parecen acordarse únicamente de la homofobia cuando les interesa. Si l’Observatori critica a la Generalitat, la Generalitat les acusa de ser de Ciudadanos; si l’Observatori critica a Ciudadanos, el entorno del fundador del partido -que sabe que no les pueden acusar de ser independentistas- se marca la machirulada del «por qué no puedo llamarte maricón si tú te llamas maricón a ti mismo«. Porque no les entra en la cabeza que nuestro colectivo haya despertado y plante cara a las discriminaciones que antes colaban como expresiones humorísticas; y mucho menos son capaces de asimilar que ya no son los que mandan, que vamos a exigir que rindan cuentas y que si quieren entender lo que les pasa van a tener que callarse (por primera vez en su vida) y escucharnos.

Que eso es, por cierto, lo mismo que le pasa a cierta pareja de humoristas que llevan un mes llorando porque los «ofendiditos llorones» no les toleraron un chiste racista.

Sí, pero primero tienes que saber la diferencia entre abajo y arriba… Iluminao.

El año que viene, por cierto, el Orgullo LGTB+ viene de la mano de unas elecciones municipales bien bonitas que se celebran un mes antes. Estoy seguro de que en algún momento de la campaña volverá a ocurrir algo como esto y volveremos a ver cómo se nos utiliza como insulto mientras se nos pide el voto y los que ahora nos insultan (o pagan a los que nos insultan) se envuelven en la bandera que simboliza los derechos que se pasan por el forro. Y estará bien que eso pase, porque cuando la mierda toca el ventilador es más fácil ver quién insulta, qué medio le ríe la gracia y quién se deja de usarnos como chiste ofensivo y considera que es necesaria una Ley LGTB+ de carácter estatal que evite que pasemos (otra vez, y van…) por esta vergüenza; una ley que haga que, de una vez, la puta homofobia de mierda deje de salirle gratis a los mismos de siempre.