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El actor Luke Evans, que lleva desde que empezó su carrera teatral en Londres fuera del armario, no cree que su sexualidad sea un impedimento en su (cada vez más) meteórica carrera.
Ahora que Luke Evans se ha puesto de moda, sobre todo después de interpretar a Gastón en la nueva versión de La Bella y la Bestia, toca ese momento en que yo digo eso que da tanta rabia: yo ya era fan de Luke Evans cuando nadie le conocía.
Bueno, en realidad la frase debería ser «A mí Luke Evans ya me volvía loco desde que le descubrí en Taboo, el musical de Boy George«. Musical del que, por cierto, ya os hablaré tranquilamente un día de estos y que si no habéis visto ya tardáis.
En una entrevista a Jackal Magazine, Evans ha hablado con total naturalidad sobre su sexualidad y el modo en que ésta no le ha afectado en absoluto a la hora de trabajar. Evans salió del armario hace 15 años y no ha vuelto a entrar en él y cree que justo así es como debería ser: «El talento, el éxito, lo que haces en tu vida privada… No veo cómo una cosa ha de tener efecto sobre la otra«.
Claro que es muy diferente ser un actor abiertamente gay en el West End londinense y serlo en la industria de Hollywood, industria en la que «no trabajaría si sintiera que no me ofrecen trabajo por ser quien soy en mi vida personal«. Una vida de la que, por cierto, poco se sabe. El actor estuvo saliendo un tiempo con el modelo Jon Kortajarena y eso es de lo poco que se conoce de su vida privada: «Intento mantener separadas mi vida personal y mi vida privada. Por ninguna razón en especial salvo la que el propio nombre indica: es privada«. Y añade que «Como actor tienes que mantener cierto enigma y misterio. Hay cierta dignidad en mantener tu privacidad. Intento mantenerla en mi vida privada y proteger a las personas en mi vida. Es la elección que he hecho.»
Here’s a sneak peek inside my @thejackalmag cover story. Thanks to style director @stylegazer and photographer @SiLipman. pic.twitter.com/1J9mcTALaP
— Luke Evans (@TheRealLukevans) March 23, 2017
Eso del enigma y el misterio, por cierto, me recuerda a aquello que dijo Matt Damon de que era mejor que los actores gays se mantuvieran en el armario, por «mantener el misterio» y por no llevarse un palo. Para palo el que se llevó él, por cierto, porque se expresó tan mal que Ellen Page tuvo que aclararle un par de cosas.
En la entrevista a Evans, por cierto, también le han preguntado si cree que Hollywood está preparado para tener un héroe gay de acción. Pregunta bastante cándida teniendo en cuenta que Evans ha interpretado a varios personajes en películas de acción y que, aunque mínima, las cintas de superhéroes cada vez tienen más representación LGTB (ahí está Deadpool, que Ryan Reynolds no para de repetir que es un personaje pansexual -aunque se enamora de una chica, claro-). Evans, eso sí, cree que la respuesta a esa pregunta «es complicada. No pienso en eso. Y no creo que [las dos cosas] estén contectadas.»
Si lo piensas bien es muy gracioso que se liara la que se lió por el ridículo «momento gay» de La Bella y la Bestia y nadie se haya dado cuenta de que el personaje que ejemplifica el paradigma del machuno heterosexual esté interpretado por un actor abiertamente gay.
Ahí sí que te aplaudo, Disney.
Fuente | Jackal Magazine