En medio de la guerra por su tutela legal, Britney Spears gana su primera batalla y consigue que el juez le permita ampliar su equipo legal para recuperar el control de su vida.
Por si te acabas de caer del guindo (que no lo desartamos) Britney Spears está metida en juicios para recuperar su propia tutela legal, que en 2008 (un año después de la rapada y el paraguazo) pasó a manos de su padre Jamie Spears.
O lo que es lo mismo: que hace 12 años que Britney no puede ni siquiera ir a tomar un café sin que su padre lo autorice. ¿Su carrera? Decide su padre. ¿Sus hijos? El padre. ¿La panoja? El padre. ¿Que quiere llamar a su padre para felicitarle la Navidad en marzo? Pues primero tiene que llamarle para preguntarle si puede.
Hace ya unos meses que Britney Spears y su abogado, Samuel Ingham The Third (de verdad, lleva un III detrás), llevaron el tema a juicio porque, según parece, el padre quiere que Britney siga trabajando y grabando canciones (y, sobre todo, actuando en directo que es lo que da pasta), ,pero ella está más quemada que el psicólogo de Isabel Díaz Ayuso y quiere dejarlo. Y claro, el padre mueve la panoja así que tiene un equipo legal que ni las tabacaleras mientras la cantante artista… no.
Sí, sé que te ha dolido que tachara lo de «cantante», pero no interrumpas.
Britney y Mr. The Third pidieron al tribunal que permitiera expandir el equipo legal de Britney. La abogada del padre, Lauriann Wright (abogadaaa solteeeeeeeraaaaaaaaa, lucha por su clieeeeente, lleva minifaldas provocativaaaaaas y además es autosuficieeeeenteeeee), aseguró que eso iba a costar muchísimo dinero y era otro ejemplo de por qué Britney debería seguir tutelada. ¡Todo el día despilfarrando su propio dinero! «La única forma de asegurarnos que la voz de Britney es escuchada, es conseguir un equipo legal calificado que sea capaz de jugar con las mismas artimañas de James«, explicó Ingham The Third. Abogado que, por cierto, ha obtenido el sello de calidad de los fans de la intérprete de Phonography:
El propio abogado de Britney explicó al juez hace unos días que la cantante vedette (ouch!) tiene la misma autonomía que «un paciente en coma« por culpa de la tutela que ejerce su padre, y que su única intención es «vivir su vida en sus propios términos: yendo a comer con sus amigas o a la peluquería sin tener que pedir permiso. Y también quiere poder ver más a sus hijos«. Los niños, Sean y Jayden, están con su padre Kevin Federline, «Britney quiere vivir su vida y le apena mucho el arreglo de la custodia, necesita ver a sus hijos mucho más de lo que puede ahora.»
Pero espérate porque si pensabas que aquí faltaba alguien, efectivamente: LA HERMANA
Consciente de que en cuanto Ryan Murphy haga la serie para Netflix explicando todo esto su personaje ha de ser el robaescenas, Jamie Lynn Spears ha decidido meterse también por en medio y, sin que nadie entienda exactamente por qué, le ha pedido a la justicia que la convierta en la única fideicomisaria de todo el patrimonio de Britney.
¡Y parecía tonta la Jamie Lynn!
No tenemos ni idea de cómo va a acabar todo esto, pero ten por seguro que si no te haces Patreon de la web a lo mejor no te lo contamos cuando nos enteremos porque la web sí que parecerá un paciente en coma. Y si aún estamos por aquí ya te explicaremos todo lo que ocurra en este capítulo del esperadísimo crossover de The Good Fight y Melrose Place.
