Días atrás os hablábamos de Suburbana, una novela que os recomendamos fervientemente, una lectura que os va a atrapar y apasionar sí, un libro puede hacer eso mejor incluso que un chulazo. Como nos gustó tanto pensamos que ligarnos a su autor sería una manera de sentar la cabeza con un hombre hecho y derecho, de conversación inteligente y con opinión equilibrada sobre muchos temas. ¿Lo habremos logrado? Leed, leed y a ver hasta dónde hemos llegado.
Sabemos que nos leéis a escondidas
Suburbana
La primera novela de Claudio Mazza ha recibido muy buenas críticas desde su publicación el pasado mes de abril. En lo que muchos coinciden es, no solo en su brillante creación literaria sino en cómo trata tanto conflictos individuales como relaciones familiares y un contexto de un país que va de crisis en crisis, no hablamos de ti Argentina. ¿Por qué este tema? ¿Cuáles son los aspectos que le atraen a nuestro autor? ¿Dónde está lo LGTB en todo esto? Respuestas con las que conocer un poco más de Claudio y preparar nuestra estrategia de seducción.
Suburbana cuenta la historia de un argentino residente en España que vuelve a su país ante la llamada de los orígenes, ¿cuánto hay de tu mundo personal –de ti, de tu gente- en sus páginas?
Suburbana parte de experiencias personales, de un texto corto que escribí cuando murió mi padre y de historias conocidas y escuchadas. Creo que todos los escritores partimos de experiencias personales que nos permiten explorar las posibilidades de una historia. Hay tanto de mí en Renzo como lo hay en el Viejo o en Alma. Y como lo habrá en mis próximos personajes, aunque estos sean asesinos o jugadores de dominó. Algunas personas me piden que les revele aquellas escenas o párrafos que sean ciertos, que hayan ocurrido y yo respondo que casi todas son ficción, pero todas podrían haber ocurrido tal cual en mi familia o en cualquier otra. Si desvelo alguna, la sorpresa es mayor porque las más fieles a algún hecho ocurrido parecen las más literarias. Como vengo diciendo desde que se publicó la novela, escribir es escribirse.
Haces un repaso por los acontecimientos políticos y sociales de Argentina, y también hay retazos de España, desde los años 70 hasta el inicio del siglo XXI, ¿cuál es tu interpretación de esos tiempos –aunque recientes- históricos? ¿Cuáles son sus luces y sus sombras?
La interpretación de esos años durísimos daría para varios ensayos y novelas, y ya los hay. Si queremos encontrar alguna luz en aquellos años terribles, solo podría rescatar que las dictaduras de Argentina y Chile horrorizaron tanto a Occidente (que primero las apoyó y financió) que consiguieron, sin proponérselo, cerrar las décadas de golpes militares y gobiernos de facto en América del Sur. La democracia es hoy un valor incuestionable, aunque revertir su devaluación ética y política, allí y en Europa, es otra asignatura pendiente. Los poderes financieros de siempre han descubierto que ya no necesitan dictaduras salvajes para controlar a los países. Hoy hay métodos más sofisticados e igual de crueles. Y para muestra, Grecia y España.
Grecia y España analizando su situación
¿Cómo de diferente y de igual ha sido acogida la novela en ambos países?
La novela no se ha lanzado todavía en Argentina, aunque ya ha habido críticas en medios de allí con las que estoy encantado porque me esperaba mucha caña de mis compatriotas.
En España no podría haber soñado mejor respuesta. Me había preparado para una crítica implacable y dura, por si acaso, pero Suburbana no ha recibido más que elogios y alabanzas. Me ha sorprendido gratamente que en general se destaca que no parece una primera novela, por su estructura y su estilo. Por otro lado, me emociona que los lectores se identifiquen y se sientan muy cercanos a mis personajes que, a primera vista, podrían parecer muy locales, muy singulares.
El tema gay aparece muy de pasada, ¿cómo lo encuadras en las coordenadas –individuales y colectivas- en que se mueve Suburbana?
Para responderte deberíamos antes definir a que nos referimos con «el tema gay». ¿Una novela con personajes gay debe tratar solo problemáticas de identidad de género para considerarla comprometida con la realidad gay? ¿Una novela donde personajes gay se mueven y participan de tramas donde su condición sexual no es el conflicto, no puede ser reivindicativa de la integración social del colectivo gay? No hace mucho, en la presentación de otra novela de Editorial Dos Bigotes, la entrañable «49 goles espectaculares» de Davide Martini, se planteó el debate sobre la literatura «post gay», aquella que aboga por llevar los libros de «Literatura Gay» a los estantes de «Literatura», sin más, cosa que a mí me parece muy bien.
Si ahondas en ese debate, encontrarás posturas en contra que sostienen que integrar personajes gay en una novela sin destacar las reivindicaciones del colectivo es transigir con las condiciones heteronormativas y correr el riesgo de devolver a los gays a la marginalidad literaria. A mí esta postura me parece victimista y de un ombliguismo cargante y veo muy limitador creer que un autor gay solo debe tratar una determinada problemática gay. ¿Un gay no participa políticamente, no tiene conflictos familiares al margen de su condición, no puede contar la historia de su país o de unos personajes desde una óptica social o política general? Creo que debe incorporarse una lectura más amplia e integradora de la condición gay. Me han dicho un par de veces: «Renzo podría no ser gay» y yo no lo acepto. Renzo, mi protagonista, es como es porque es gay, porque tiene a su pareja, Jaime, en Madrid, a quien quiere tanto que, tal vez equivocadamente, intenta mantenerlo al margen de su dolor; y tuvo otra pareja antes, Darío; y queda claro en la novela que su momento de salida del armario frente al Viejo no fue fácil. Y lo más parecido a unos referentes paternos que tuvo el otro personaje, Alma, fue una pareja gay en Madrid.
No escribí Suburbana pensando en si sería o no una novela gay, pero creo que habla de la integración, de los distintos tipos de familia, de las variedades del amor, de conceptos sobrevalorados y perimidos como fidelidad o infidelidad. Hay fantásticas novelas sobre el «tema gay» y deben seguir existiendo, pero no nos encerremos en una única temática para hablar del colectivo gay. Grandes autores como David Leavitt, Luisgé Martín, Alan Hollinghurst o Sarah Waters están en las librerías y son leídos por el gran público traten o no traten específicamente el «tema gay» en sus libros.
Jane Austen leyendo (literatura gay o literatura a secas, ¡qué más da!)
A estas alturas estamos ya enganchados a Claudio y estamos como aquella periodista de siglos pasados que se llamaba Mercedes Milá, “Queremos saber”. Pero no hace falta que insistamos histéricamente como Mónica Naranjo, el señor Mazza es como un libro abierto que nos da respuestas a todas nuestras curiosidades.
El mundo de la cultura y de la creación artística está complicado, ¿cuál fue el periplo de tu manuscrito desde que escribiste la palabra Fin hasta su publicación?
Cuando decidí que Suburbana estaba terminada, la envié a algún concurso y a dos o tres editoriales sin obtener respuesta. Eso fue durante poco más de un año. Entonces supe del proyecto de Editorial Dos Bigotes, me interesó su planteamiento editorial, decidí probar suerte y les envié mi manuscrito.
Unas semanas después recibí un mensaje que decía algo así como «acabamos de leer tu novela y estamos muy emocionados. Tenemos que hablar». A partir de ahí empezó un proceso maravilloso de unos siete u ocho meses gracias al trabajo y al cariño que ponen Gonzalo y Alberto en sus ediciones. Ha sido un privilegio trabajar con ellos. Es muy loco soñar con ver tu texto impreso y encontrarte de repente debatiendo sobre la portada (gracias también al diseño del gran Raúl Lázaro), sobre dónde presentarla, y un día encontrarla en el escaparate y las estanterías de esas librerías a las que acudías como cliente.
Tu primera novela publicada, ¿qué habías escrito antes?
He escrito mucho y nada. Pero lo he leído casi todo. He leído toda mi vida y he fantaseado durante años con escribir una novela. Escribía textos sueltos, muchísimas ideas y notas y algunos cuentos, pero en general terminaban en cajones o papeleras. Como dije, a partir de la muerte de mi padre escribí un cuento que empezaba con una llamada en la madrugada que reclamaba al protagonista desde Buenos Aires y terminaba con el mismo protagonista camino del aeropuerto que lo devolvería a Madrid. Al poco tiempo me di cuenta de que entre el inicio y el final de ese cuento, estaba la novela que quería escribir.
¿Será esta la manera de escribir de Claudio?
Claudio Mazza, íntimo y personal
Se nos acabó la excusa y es el momento de ir al grano te voy a meter mano y poner toda la carne en el asador. Como somos atrevidos hemos ido más allá del “¿Vienes mucho por aquí?” o “¿Estudias o trabajas?”. No, nosotros tenemos un punto G gigante descarado y no nos hemos cortado un pelo en preguntarle unas cuantas indiscreciones.
¿Cómo te defines? ¿Un arquitecto que también escribe? ¿Un escritor que también diseña construcciones?
Hoy por hoy soy un arquitecto que también escribe, pero aspiro a ser un escritor que también diseña edificios. La literatura me fascina y me encantaría dedicarle todo el tiempo que merece.
¿Eres el adulto que soñabas ser cuando eras niño? ¿Cómo te imaginabas?
Creo que cuando eres niño no sabes lo que significa ser un adulto, así que es casi imposible ser el que soñabas, pero en cualquier caso no reniego de mis sueños ni de mi realidad. De chico les decía a mis primos y tías que les haría su casa y acabé siendo arquitecto. Leía todo y soñaba completando esas historias y hoy también escribo. Y he dibujado y pintado toda mi vida. Tal vez mi mayor sueño fuera conseguir llegar a la gente con alguna obra creativa propia y Suburbana me está dando mucho más que ese pequeño sueño.
Las redes sociales dan muchas pistas y sabemos que estás emparejado desde hace diez años, ¿cómo crees que te define tu pareja?
A ver como contesto a esto. Podría interpretar la pregunta en dos sentidos: cómo me definiría él si le preguntaran o cómo me define a mí mi relación con él.
Recurriendo a los tópicos, aclaro que mi marido es ingeniero y ejerce de aragonés, lo que es una grandísima redundancia. No sé cómo me definiría él, no es fácil saberlo ni se lo preguntaría, pero siento su incondicional apoyo incluso cuando no entiende o no comparte determinadas facetas de mi persona, y eso me ayuda a definirme a mí mismo. Eso es lo más meritorio de él y lo más importante para mí, su apoyo incondicional incluso, a veces, a su propio pesar. Creo que la creación de Suburbana hubiera sido muy distinta si no hubiera sabido todo el tiempo que contaba con ese soporte.
Claudio está casado nena, vente conmigo…
Conciencia LGTB
Sabía yo que un hombre con la cabeza y el corazón de Claudio no iba a estar dando tumbos por los antros nocturnos con el que no tendríamos nada que hacer podríamos obtener respuestas sensatas sobre temas tan delicados como salir del armario, outing o modos y maneras de lucha contra la homofobia.
Una pregunta muy personal, ¿cómo y cuándo fue tu salida del armario?
Tuve una salida fallida y otra definitiva. Con dieciséis años, en una discusión muy fuerte con mi padre, quise herirle gritándole a la cara con quién me estaba acostando y mi padre frustró mis intenciones quitándole importancia y diciendo que eran cosas de adolescentes. O sea, negándolo. Unos años después, ya con veinte y en una charla calmada y más adulta, le conté quién era mi pareja en ese momento y él lo encajó como pudo, aunque sufriera.
Tengo la suerte de haber tenido unos padres que siempre fueron por la vida de modernos y cuando se encontraron con esta realidad, y aunque habrá sido duro y difícil para ellos, hablo de los primeros 80, no dudaron en posponer sus miedos y dudas para apostar porque la libertad de sus hijos estuviera por encima de todo. Con los amigos fueron más mis miedos que los suyos, como suele ocurrir. No tuve ninguna experiencia desagradable. Destacaría la respuesta de mi mejor amigo de entonces, que estaba en la inopia cuando se lo conté: «Dame unos días. Me obligas a reflexionar si soy tan tolerante como creo ser». Me pareció de una gran sinceridad para conmigo y para con él mismo. Hoy, casi treinta años después, seguimos siendo amigos.
¿Has oído a Claudio? Su historia es parecida a la tuya
A los jóvenes actuales, o no tan jóvenes, que aún no han dado este paso, ¿qué les dirías?
Creo que es muy habitual oír que hoy es mucho más fácil, que la sociedad ha cambiado, etc., pero, aunque mucho de esto es cierto, el mandato social heteronormativo sigue siendo muy fuerte, especialmente fuera de las grandes ciudades y además, los conflictos íntimos de cada uno tienen la dimensión y la importancia que uno siente que tienen. Teniendo esto en cuenta, no daría consejos, pero si les contaría que mi experiencia y la de gran parte de la gente que ha pasado por ese momento, es que la salida del armario da una tranquilidad y una sensación de libertad que toda persona se merece. Deben saber que aquellos que realmente te quieren, o ya lo saben o ni se plantean cambiar su amor por ti porque tu objeto de deseo sea hombre o mujer. Y si se presentan experiencias difíciles siempre es mejor afrontarlas desde la integridad y la dignidad.
Hemos avanzado mucho, pero aún queda homofobia que combatir, ¿cómo crees tú que se debe hacer?
De todas las formas y maneras posibles. El colectivo gay es tan amplio y variado como lo es la sociedad, por lo que hay reivindicaciones comunes a todos y situaciones particulares y específicas. Si creemos que «los gay» son solo los que responden a unas características publicitarias o si aceptamos esas mentiras que dicen que los gay somos más sensibles, o tenemos mayor poder adquisitivo porque no tenemos hijos, o cualquier tontería de esas, estaremos apoyando los perfiles discriminatorios que tranquilizan a la parte represora de la sociedad.
Es más cómodo para los homófobos delimitar una parcela diferencial que deje claro quién es gay y quién no lo es. Pero la verdad es que esa parcela no existe. Hay gays sin empleo, gays desahuciados, gays con hijos, gays que no pisan un gimnasio, ni una discoteca, y son tan gays como los que sí lo hacen y sus reclamaciones son las del colectivo gay y también las de otros colectivos marginados y las del resto de la sociedad. Hay que trabajar también para romper las discriminaciones dentro del propio colectivo. Desde esa variedad, todas las formas de activismo y reivindicación son válidas y no excluyentes.
¡Viva el activismo del amor!
Futuro
Llegados a este punto en el que ya admiramos a nuestro entrevistado hemos decidido comportarnos para asegurarnos que le vamos a tener con nosotros por mucho tiempo y no tan solo un rato entre nuestros brazos y le preguntamos por cuestiones de futuro, pero sin exigirle compromiso, que en estoybailando.com somos muy de espíritu libre.
Sabemos que hay una siguiente novela en proceso, ¿para cuándo? ¿Qué nos puedes contar sobre su trama? ¿Habrá contenido/personajes LGTB en ella?
¿Para cuándo? Ya me gustaría saberlo. Depende primero de mi trabajo, que la termine, la revise, la corrija y esté conforme como para mostrarla. Y luego dependerá de que haya quien quiera publicarla. Yo fantaseo con verla publicada el año próximo pero tengo que ponerme las pilas para terminarla si quiero que se cumpla.
Es una historia muy diferente de Suburbana aunque algunos temas sean recurrentes ya que creo que todos los autores tenemos temas propios. En mi caso estos se resumen en los conflictos íntimos de las personas y sus relaciones, y también el exilio, el lenguaje del expatriado. Me interesan los héroes con minúsculas.
Será una especie de road movie en la que los protagonistas son un asesino a sueldo, muy chungo, muy mala persona, y una travesti de Malasaña que es un personaje que me tiene fascinado y que representa la ética, la justicia, la verdad, y todo ello desde su condición de prostituta y con sus particularidades de marginación. Ambos tiene un pasado muy duro y ambos emprenderán un viaje físico y personal hacia un destino incierto.
Claudio, hemos caído rendidos a tus pies