Para Waleed Taha, diputado en la Knéset israelí por la Lista Conjunta árabe, la homosexualidad es algo que casi no existe en el mundo árabe así que para qué prohibir las «terapias de conversión» ¯\_(ツ)_/¯
Ojos que no ven, maricón que no siente.
Ése debe ser el lema de Waleed Taha, diputado de la Lista Conjunta (una alianza política de cuatro partidos árabes que supone la tercera fuerza política de Israel) en la Knéset y gran conocedor de la realidad LGTBIQWERTY alfombra a nivel mundial. Es broma, este señor:

No tiene ni idea de lo que habla. Pero tampoco le importa.
Estas semanas en la Knéset israelí se está debatiendo una ley que prohibiría las infames «terapias de conversión» en el país. La prohibición de estas «terapias» es, ahora mismo, uno de las grandes luchas del colectivo LGTBI+ y en el país de Dana International se han puesto manos a la obra para llevarla a cabo. Pero a la propuesta de ley le han salido unos cuantos detractores en el parlamento. Entre ellos, nuestro amigo Taha. Que debía ir un poco ídem cuando hablando con la prensa comentó que la ley era «particularmente problemática» porque «va en contra de la inmensa mayoría de la sociedad que me eligió«.

Porque claro, si la falta de educación (en el sentido de falta de formación, no de ir insultándose por la calle) provoca que la mayoría de la sociedad crea que los pelirrojos traen quince años de mala suerte (que la traen), pues hacemos una ley que les prohíba salir de casa.
Pero vas Taha, además, explicó en la televisión pública culpable del fallo del playback de Madonna en Eurovisión israelí que «el fenómeno de los gays es casi inexistente en la sociedad árabe.»

Y añadió que «El tema no es algo que se debata en la sociedad árabe, y si existe es a una escala muy pequeña. Y aquellos que lo sufren no tienen prisa por identificarse a si mismos.»

Que a ver, Taha, yo no quiero que parezca que le busco los tres pies al gato. Pero a lo mejor es que las personas LGTBI+ del mundo árabe no tienen prisa por identificarse porque si lo hacen LOS MATÁIS, HIJOPUTA.
«Los homosexuales tienen derecho a someterse a un tratamiento para cambiar su carácter sexual y esta ley les priva de recibir un tratamiento que los volvería a la normalidad«
Israel, Israel, qué bonito es Israel y qué bonito es que se digan esas cosas en la televisión pública de un país.
Evidentemente nuestro amigo Taha se equivoca porque maricones árabes ha habido toda la historia de la humanidad. Como señala The Times of Israel, no hace mucho miles de personas acudieron al funeral del bailarín abiertamente gay Ayman Safiya. Y como señalamos nosotros desde La Super Queer, si buscas «gay arab» en xVideos te salen muchos gay arabs.

En cualquier momento caso, las palabras de Taha no solo surgen en mitad del debate de toda la ley sino que también lo hacen en mitad de una crisis de la Liga Conjunta precisamente por esta ley. Y es que algunos de los partidos que la forman quieren votar en contra de la ley a pesar de que el jefe de la coalición, Ayman Odeh, votó a favor de que se aprobara; lo que hace presagiar que la Liga Conjunta será otra víctima del «lobby gay» y acabará dividiéndose.
La ley, por cierto, tampoco gusta a los aliados ultraconservadores de Benjamin Netanyahu como podéis comprobar en este vídeo de una de las votaciones de la ley en el que no entendemos nada pero muy contentos no parecen:
הכנסת אישרה בקריאה טרומית את החוק האוסר על טיפולי המרה, בתמיכת כחול לבן@ZeevKam @ittaishick pic.twitter.com/XxqVnQ56cM
— כאן חדשות (@kann_news) July 22, 2020
El follón político es importante porque dentro del gobierno de coalición liderador por el Likud de Nethanyahu hay ministros ultraconservadores que ya han avisado: «El Likud tiene que decidir si demuestra saber administrar un gobierno de coalición o si comete su suicidio político«. Fíjate, una ley para prohibir una práctica aberrante que no sirve para curar nada porque no hay nada que curar puede acabar sirviendo para cargarse el gobierno de un país.

La ley, que prohibiría a los psicoterapeutas realizar las susodichas «terapias» pero permitiría que las realizaran rabinos, aún tiene que pasar un par de lecturas y votaciones en la Knéset antes de que sea aprobada. Veremos qué pasa.