- El dueño del Bar Noma de Chueca denuncia el acoso homófobo al que le está sometiendo un vecino que ya ha mandado seis veces al local a la Policía y a los bomberos por una bandera LGTB que le «genera malestar».
Nosotros somos muy fans de los cuerpos de seguridad. Bomberos, policías, con sus brazacos, sus uniformes, sus abdominales y sus mangueras. De lo que no somos muy fans es de que respondan a llamadas un poco absurdas y un poquito homófobas.
El dueño del Bar Noma, en la calle Infantas de Madrid (para más señas, está justo en el centro de Chueca) colgó el domingo pasado una bandera LGTB en la marquesina de su local porque le dio la real gana. Podríamos decir que lo hizo porque se acerca el Orgullo y lo quería celebrar pero no hace falta un motivo real: la colgó porque sí, y punto. Poco después de instalar la bandera en la fachada de su local el administrador del edificio se puso en contacto con él para decirle que tenía que retirarla «inmediatamente» porque había generado «malestar» en «algunos vecinos«.
Ante eso el dueño del bar se puso a pensar qué hacer ¿la quitaba? ¿no la quitaba? Y entonces se dio cuenta de que no tenía ningún sentido lo que le estaban pidiendo y que cuando cuelga otras banderas (como la del Real Madrid cuando ganan un título) o pone bichitos en Halloween o cositas de Navidad nadie se queja. Así que no hizo caso y dejó la bandera donde estaba, bien colocadita y bien visible.
El martes por la mañana apareció frente al local una patrulla de la Policía de Madrid acompañada de un camión de bomberos que venían a retirar la bandera. El dueño dijo que ni de coña iban a tocar la bandera y desde ese momento los vecinos a los que la bandera les causa «malestar» siguen llamando a la policía, que en 24 horas se presentó en el local hasta 5 veces, por denuncias sobre irregularidades que no existían. Porque la Policía no tiene nada mejor que hacer que ir a atosigar al dueño de un bar que ha colgado una bandera, claro.
Por ahora la Policía ha apercibido al dueño con una propuesta de sanción, aunque como no queda muy claro por qué le están sancionando el dueño ha decidido que la bandera no se mueve de donde está porque considera que lo que hay en el fondo (evidentemente) es discriminación por LGTBfobia.
Desde Arcópoli están ayudando al dueño a mantener el diálogo con la policía, mientras que el propietario del bar ya ha interpuesto una denuncia ante la Policía Nacional por el acoso homófobo.
Tampoco nos sorprendamos mucho por que haya vecinos un poco tocapelotas en el barrio más gay del Universo Conocido; recordad que durante años ha habido por ahí una misteriosa asociación de vecinos que cada año se queja de las molestias que genera el Orgullo (pero no se quejan de las molestias que generan otras celebraciones). Y tampoco es la primera vez que vamos a los bomberos hacer cosas raras, como aquella vez que los bomberos de Parla activaron la alerta de contaminación nuclear por haber ayudado a una persona VIH+.
Por favor, guarda esta noticia y envíasela al cuñado de turno cuando te diga que por qué sigue haciendo falta el día del Orgullo LGTB o que por qué nos ponemos tan pesaditos con las banderas. Un beso.