La Unión Europea ha rechazado la solicitud de seis pueblos polacos que se declararon «libres de LGTB+» de adherirse al programa de hermanamiento de ciudades europeo, negándoles así los fondos públicos correspondientes
Una cosa muy graciosa que suelen tener los fascistas es que rajan mucho de ciertas cosas pero luego son los primeros en hacerlas. Por ejemplo: Santiago Abascal se pasó meses hablando de «chiringuitos» progres que dilapidan las arcas públicas, pero su carrera profesional se basa en ir de chiringuito político en chiringuito político cobrando una pasta sin dar un palo al agua.
Pues hay seis pueblos de Polonia, país que lleva ya tiempo sumido en una cruzada LGTBfóbica absolutamente intolerable, que han querido hacerse un Santiago Abascal. Y les ha salido mal.
La ultraderecha católica polaca lleva meses atacando a nuestro colectivo y señalándolo como fuente de todos los males del país. Un poco como pasa en España cuando se vota a políticos que se cargan los derechos laborales y luego algunos le echan la culpa a los inmigrantes. Pero el colectivo LGTB+ no es el único blanco de los ataques del gobierno polaco: todo lo malo que no hacemos los maricones lo hace la Unión Europea. Pero odiar a la unión europea no significa que no quieran el dinero europeo y por eso seis pueblos que se declararon «zona libre de LGTB+» tuvieron los santos cojones de solicitar formar parte del programa de hermanamiento de ciudades europeas, que conlleva una ayuda pública de hasta 150.000€
¿Y qué ha dicho la UE? Pues en palabras de Helena Dalli, Comisionada Europea por la Igualdad:
«Los valores y derechos fundamentales de la Unión Europea han de ser respetados por los Estados Miembros y las autoridades estatales. Es por esto que las solicitudes de hermanamiento de 6 pueblos cuyas autoridades aprobaron resoluciones sobre «zonas libres de LGTBI» o «derechos de la familia» han sido rechazadas»
Un tercio de todo el territorio polaco, sobre todo el situado al sudeste del país, declararon hace unos meses esas resoluciones de «zonas libres de LGTB+«, aunque en muchos casos los tribunales las están anulando porque EVIDENTEMENTE son anticonstitucionales. (Hasta que cambien la constitución, obviamente).
Lo que significa que hay muchos otros pueblos que, en algún momento, van a comenzar a ver cómo los fondos europeos ni están ni se les esperan salvo que comiencen a respetar los derechos humanos de todos sus habitantes o se decidan por salir de la UE (que es lo que Steve Bannon la ultraderecha quiere). Además de los seis pueblos mencionados (pero no nombrados) por Dalli, varias localidades polacas ya han perdido esos fondos porque las ciudades europeas con las que estaban hermanadas han cancelado el hermanamiento.
El pueblo francés de Saint-Jean-de-Braye ya se «separó» en febrero del pueblo polaco de Tuchów, explicando que «Francia está comprometida en la lucha contra las violaciones de los derechos humanos en base a la orientación sexual. No podemos aceptar que los lazos que unen nuestras dos ciudades por un juramento de hermandad se contaminen. Condenamos la posición tomada por nuestra ciudad hermana de Tuchów.» A Saint-Jean-de-Braye le siguieron poco después las ciudades de Brisa Fermoy, en Irlanda y el pueblo de Nieuwegein en los Países Bajos.
Pero las zonas de Polonia que se creen Rusia declararon «libres de LGTB+» no solo pueden perder estos hermanamientos (subvencionados). La Unión Europea ya amenazó en junio con retener los fondos de ayuda para la recuperación post-pandemia si los gobernadores de esas zonas no especifican por escrito cómo utilizarán esos fondos en «medidas que promuevan la igualdad y la no-discriminación«. Lo que le acabó dando alas al sinvergüenza del presidente polaco para avisar a su pueblo de que la intención de la UE era aprovechar el momento de debilidad económica para forzar al país a aprobar el matrimonio igualitario si quería recibir el dinero.