El mundo ha cambiado. Lo siento en el aire. Lo siento en la tierra. Lo siento en el agua. Lo siento en Australia. La Minogue que mola un poquito menos está que trina, y no es porque no sepa qué hacer con su carrera musical. A Kylie le quieren quitar el nombre.
Kylie Minogue lleva 30 años siendo quien es, Kylie. La Kylie. La única Kylie. LA VERDADERA KYLIE. Y no está dispuesta a que venga una niñata a robarle lo que es suyo. Y no, no me refiero a su futuro marido.
Me refiero a su nombre. Porque a Kylie le llamarán mal el nombre, pero lo de Kylie es suyo.
Si no sigues a los Kardashian y sólo eres capaz de distinguir a Kim, Kanye y Caitlyn Jenner eres de los míos, así que estarás indignadísimo con lo de que la menor del clan, Kylie Kardashian, pretenda registrar su nombre para futuros proyectos profesionales.
Así es amiga: Kylie Kardashian quiere ser la nueva Kylie. Quitando de en medio a la de verdad, a la del Locomotion. En abril y en noviembre de 2015, la Jenner presentó la documentación para registrar varias marcas en la oficina de patentes de Estados Unidos, para unir su nombre a diferentes productos como «cosméticos» o «ropa«. Una de las marcas que registró fue Kylie Jenner, que a todo el mundo le ha parecido bien. Pero el otro nombre que quería registrar, Kylie, ha sido recurrido por el equipo legal de la Minogue.
Según los documentos que ha presentado el equipo legal de la australiana, concederle a la Jenner la aprobación de ese registro podría llevar a «causar confusión entre los consumidores entre las dos Kylies«, además de perjudicar a la cantante por relacionarla con (ojo) «una personalidad secundaria de un reality que ha recibido críticas por parte de varios grupos por los derechos de los afroamericanos y de asociaciones de discapacitados«.
Los abogados de Kylie (la Minogue, la de verdad), que la representan a través de la empresa australiana KDB, se refieren a la polémica que desató Kylie (la Jenner) al posar para una revista sentada en una silla de ruedas o a cuando le regaló a una amiga un pastel de cumpleaños en el que ponía «Happy Birthday Nigga!«.
Por lo pronto Kylie (la Minogue) ha contratado los servicios de la abogada soltera Alicia Florrick Rebeccah Gan, de Washington D.C., que trabaja en el bufete Wenderoth LLP. Los de Wenderoth dicen llevar desde 1921 trabajando en el terreno de las patentes y las marcas legales y dicen estar «especializados en Propiedad Intelectual con un principal objetivo: IR A JUICIO.«
El mayor problema, básicamente, es que como la pequeña de las Kardashian no tiene ni oficio ni beneficio ha querido registrar su nombre para todo lo registrable; incluyendo la categoría de «entretenimiento«. Y eso a Kylie (la de verdad) no le ha hecho ni puñetera gracia. Así lo ha expresado la australiana en su Twitter:
Hello….. My name is KYLIE #lightyears
— kylie minogue (@kylieminogue) February 28, 2016
De nuevo el mundo mariconcil se ve envuelto en una revuelta de nombres y marcas que puede ser tan sangrienta y encarnizada como la lucha entre las dos Tamaras. ¿Se verá obligada la Jenner a pasar a llamarse Ámbar? ¿Elegirá la australiana el nombre de Yurena? ¿Se les concederá a ambas el derecho a usar el nombre de forma comercial y acabaremos hablando de la Kylie buena y la Kylie mala? ¿No teníamos bastante con hablar de la Minogue buena y la Minogue Mala? ¿Y si Dannii ahora quiere llamarse Kylie? ¿Puedo ponerle a mi futura hija china adoptada María Isabel y esperar que triunfe en el mundo de la música? ¿Tendrá mi hija fans menos vagos que los de la del Antes muerta que sencilla?
¡Qué drama!
Fuente | IbTimes