Por arte de magia. O eso dice Kevin Swanson, un pastor que presenta un programa de radio llamado Religious Right. Concretamente ha dicho: «Frozen convierte a los niños en sodomitas«.
El pastorcillo comenzó de la siguiente manera:
«¿Cuántos cristianos han llevado a sus hijos a ver Frozen, producida por una oganización que es probablemente, una de las organizaciones más pro-homosexual del país? No soy un chalado conspirador pero pregúntate de vez en cuando si a lo mejor hay algo malvado aquí. Si yo fuera el demonio, ¿qué haría para joder a todo el sistema y hacer algo realmente malvado con los niños cristianos de 5 a 7 años en América?»
¿A que te has quedado muerta? Pues nosotras también. No es que seamos mal pensadas, pero este señor tiene toda la pinta de necesitar un psiquiátrico o un cura que le haga una lavativa un exorcismo.
Pero aún hay más:
«Amigos, esto es el demonio. El mismísimo demonio. Me pregunto si la gente piensa «Sabes, creo que esta bonita película va a adoctrinar a mi hija de 5 años para ser una lesbiana o para tratar la homosexualidad o la zoofilia de alguna manera.»
Aquí ya no sabemos si este señor está como unas maricas maracas o si es una marica mala que se ha pasado con el poppers y se ha quedado pallá. Porque, vamos a ver: estamos de acuerdo en que Frozen es muy mariquita. Pero es que es un MUSICAL. Y los musicales son mariquitas por definición. Y nosotras, que somos muy de apropiarnos todo, nos hemos apropiado desde Twinky Winky hasta Defying Gravity, y de una película como Frozen nos quedamos con todo, y Let it Go, el tema principal, no iba a ser una excepción. De hecho, gracias a Caleb Hyles no sólo es un himno gay, sino ¡un HIMNO OSO!
Pero de ahí a decir que se educa a los niños en la sodomía… Porque, ahora que caigo, ¿a las niñas en qué las educa? Según estos cristianos las lesbianas no follan y no practican el sexo anal…
Ay. Dejémoslo.