Se llama Jason Collins y juega en los Wizards de Washington (sí, ya sé que para ti es como si te estuviera hablando en chino). Pero bueno, que es un jugador de la NBA. Y es es el primer deportista de élite masculino en activo que sale del armario en E.E.U.U. Especificamos lo de «masculino» porque la semana pasada salió del armario una jugadora de baloncesto, Brittney Griner.
Y cuando decimos «en activo» nos referimos a que aún juega, maricón. Que eres muy mal pensado.
Yo no tengo ni idea de deportes. De hecho nadie en la redacción tiene ni idea de deportes (es una sección que todavía no contemplamos entre las setecientas cuarenta y tres mil que tiene la página ya). Pero sabemos que él no es Michael Jordan (en realidad es un jugador de esos así del montón, de los que no hacen anuncios) y la confesión ha sido portada de la revista Sports Illustrated (que es como la «¡Qué Me Dices!» del mundo del deporte, muy importante) .
Concretamente ha utilizado una frase que nos ha gustado mucho que es algo así como:
«No tenía pensado ser el primer atleta abiertamente homosexual de un gran equipo Americano. Pero ya que lo soy, me alegra comenzar esta conversación»
Lo cierto es que a nosotros no nos importaría tener una conversación (y algo más) con él. ¡Pero mira qué brazo! ¡Si es como una botella de Absolut!
Collins, de 33 años, es un jugador veterano en la NBA y por eso dice haberse ganado el derecho a ser escuchado. Y por supuesto el de ser respetado. Como él mismo comenta en la entrevista «Me he duchado muchas veces en estas 12 temporadas. Mi comportamiento nunca ha sido un problema y no va a serlo ahora«.
Y claro, ahora todos a imaginarse la escena. Cerdas.
Collins habla también de por qué ha elegido este momento para salir del armario y no otro, y cuenta que la primera persona a la que le habló abiertamente de su homosexualidad fue a su tía; que le contestó que lo supo desde siempre. Porque una tía lo sabe.
Lo sabe.
Además explica que su compañero de cuarto en la universidad fue el político Joe Kennedy, que el año pasado marchó y dio un discurso en la marcha del Orgullo Gay en Boston. Collins comenta lo mucho que le habría gustado estar ahí apoyando a su amigo como espectador, pero que de haber ido habría tenido que inventarse mil excusas para justificar su presencia en la manifestación.
Y eso es MAL.
A ver si ahora por el simple hecho de ir a una mani del Orgullo vas a ser gay. Sólo lo serías si cada vez que pasa una carroza con chulos te lanzas a las ruedas para detenerla o te pones a gritar porque el DJ de turno se ha puesto a pinchar a Kylie.
En cualquier caso, las reacciones a la salida del armario de Collins han sido positivas. Varios jugadores de la NBA (incluído un compañero de su equipo) se han lanzado a Twitter para pedir respeto por él y para expresar su admiración por el gesto tan valiente que ha tenido. Incluso el ex-presidente Bill Clinton ha emitido un comunicado con una mancha sospechosa en el que dice, más o menos, que ya va siendo hora de que estos gestos sean más habituales y todos podamos vivir la vida siendo nosotros mismos.
Nosotros desde aquí felicitamos a Collins (que estamos seguro de que es asiduo lector de la web) y nos preguntamos cómo coño no se han dado cuenta antes, si es poner su nombre en Google Images y en todas las fotos sale él con un hombre detrás.
No te digo ná y te lo digo tó.