Cuando menos te lo esperes descubrirás que tienes cuarenta años y que no eres la diva que soñabas ser. Sí, tendrás un punto fashion, serás arquitecto como diseñador de interiores, pero para la parte exterior pero tu estudio no irá tan bien como desearías. Al llegar a casa no te estará esperando un chulazo cocinero, si no una mujer con la que te has casado ¡eras hetero y no lo sabías! y la hija de diez años que tenéis en común tanto renegar del pescado. Si te estás agobiando leyendo esto y pensando que no tiene nada que ver contigo, tranquilo, es la prueba que me faltaba para saber que eres la reencarnación de Leo, el protagonista de Huyendo de mí. A ambos os cuesta afrontar la realidad, estáis sufriendo la crisis de la mediana edad, esa en la que caes cuando ves que lo de la barriga ya no tiene marcha atrás y que los abdominales son un concepto de ciencia-ficción. Aunque algo de motivo también tenéis para estarlo pasando mal, la pasta no llega al trabajo, vuestro socio enferma y para colmo reaparece de la nada Virginia, aquella chica por la que perdisteis la cabeza en la facultad. ¡Vuestra vida es un drama!
Menos mal que está Pablo, un chico guapo, librero y que habla francés, que un día aparece como de la nada y os escuchará y apoyará ofreciéndoos su amistad sincera. Hasta hará que te sientas sexy, ¿un gay tirándote los trastos? No, amiga heterosexual no, tranquila, no siempre pensamos en el sexo, o al menos no en tenerlo con hombres a los que les gustan las mujeres, que te quede claro eso. Otra cosa es con hombres a los que además de con mujeres, les guste también montárselo con hombres, con esos sí, de esos incluso nos podemos llegar a enamorar. Y de eso hay algo en esta novela de Salvador Navarro. De bisexualidad, homosexualidad y heterosexualidad combinada con amor que es lo más peligroso ¡DRAMA! ¡INTENSIDAD!, además de intriga y suspense, y un poquito de introspección, que no está de más pensar de vez en cuándo de dónde venimos y a dónde vamos,…
Huyendo de mí está narrada de una manera que recuerda mucho al cine. Salvador introduce muy bien a los personajes, los vamos conociendo directamente a través de lo que hacen y dicen, sin necesidad de descripciones extensas que nos puedan distraer de lo realmente importante. La historia se desarrolla a través de los acontecimientos que nos cuenta, deteniéndose cuando hace falta a darnos detalles y yendo al grano y metiéndote mano cuando la tensión así lo exige, emprendemos un viaje que va ganando en profundidad, ritmo y tensión a medida que avanza haciéndonos recorrer Sevilla y llevándonos hasta París o Bruselas. Por momentos tienes la sensación de que lo que tienes entre la manos es el guión de una película por la manera tan ágil y fácil de imaginar con que sucede todo.
No conocíamos a Salvador hasta ahora, pero esta resulta ser su cuarta novela, y nos ha dejado tan buen sabor de boca que vamos a hacer por saber más de él y de su obra. Ya os contaremos. Y tú Salvador, no huyas de nosotros…
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