¡Maricones!
Sacad las recortadas que la vamos a liar parda.
En Estoy Bailando no somos muy propensos a hablar de según qué temas porque chica, estando las cosas como están lo que queremos es reírnos y dejar los problemas para otros ambientes y genéticas varias. De hecho cuando contratamos a un nuevo redactor lo primero que hacemos es bajarnos la bragueta regalarle una chapa en la que pone NO MORE DRAMAS.
Pero hoy estamos consternados, al igual que medio mundo, tras leer en Facebook lo que le ha pasado a uno de nuestros #FOLLAONFRIDAY del pasado viernes.
@GabiGonzalezBoy, al que todos recordaréis porque está tremendo es un puto sol de tío, compartió en su muro de Facebook una historia de homofobia vivida en primera persona en la que narraba cómo estando en el VIPS con un amigo un señor en la mesa de al lado le montó el pollo porque, en cierto momento, el amigo le abrazó y le dio un beso.
El pobre Gabi, al que estamos pensando declarar #FOLLAONFRIDAY honorífico como compensación, se encontró sin saber qué hacer ni cómo reaccionar ante un ataque homófobo tan absurdo. Finalmente decidió abandonar el local, en parte animado por su amigo que no hablaba español y no quería problemas. Pero los propios clientes del restaurante fueron los que le impidieron que se marchara y dejaron claro que si alguien sobraba en el restaurante eran el homófobo de mierda y su familia.
Gabi, te queremos. Y te damos dos consejos que no nos has pedido, pero te los damos igualmente:
– La próxima vez que te pase algo así, manda al hombre de las cavernas de vuelta a su casa. Si le molesta ver a dos hombres besándose que se quede en su cueva viendo Intereconomía. (Aunque entendemos que en ese momento prefirieras irte para evitar problemas, y eso nos lleva al segundo consejo:)
– Si alguien osa meterse con uno de nuestros #FOLLAONFRIDAY, se las tendrá que ver con nosotros. Es más: si alguien molesta a alguno de nuestros lectores mariconciles sólo tenéis que mandarnos un tweet a @estoy_bailando y movilizaremos a las masas para que acudan a dónde estéis a apoyaros como si esto fuera la PAH y nosotros Ada Colau. Eso sí, no nos escribáis desde un pueblo perdido en mitad de Extremadura que entre que llegamos y no llegamos ya se ha hecho de noche.
A continuación os dejo el texto que @GabiGonzalezBoy colgó en su Facebook relatando el incidente:
Llevo desde ayer pensando si contaros esto y hacerlo público.
Tengo desde entonces un nudo en el estómago, y creo que si lo suelto voy a empezar a encontrarme mejor, porque lo de ayer me dejó hecho polvo. Jamás pensé que me tocaría vivir en primera persona una situación como la que ayer viví.
Domingo 19 de mayo, 15.00h, lugar VIPS Plaza de los Cubos (Madrid). Restaurante lleno, propio de un domingo de lluvia en el centro de la capital.
Decido quedar allí con un amigo. Entro, pido una mesa y nos sentamos. Resultó que esa mesa situada en una esquina del restaurante, me llevaría a vivir una situación de completo drama, al menos para mí. Así lo viví yo.
Mientras esperábamos la comida, mi amigo, sentado en frente de mí, decidió lanzarse y darme un abrazo y un beso. El beso se paró en seco. El “señor” de la mesa de al lado, un padre de familia que comía con sus hijos y su mujer, se levantó y dio un golpe seco y fuerte en mi mesa. No entendía qué pasaba, ni yo, ni nadie. Todos miraban mientras esa “persona” gritaba mientras nos insultaba. “FUERA DE AQUÍ, TENÉIS QUE IROS”, “ME ESTÁIS MOLESTANDO, ESTÁIS MOLESTANDO A MIS HIJOS”, “FUERA!”… Apareció el encargado, y algunos camareros del restaurante que intentaban calmar a este “individuo”. “ESTOS DOS SE ESTÁN BESANDO, Y ME ESTÁN MOLESTADO”, y así un no parar.
Yo no entendía nada, ni supe reaccionar. Con lo que yo soy, me quedé sin mediar palabra. Era la primera vez en mi vida que vivía una situación de HOMOFOBIA. Y la primera que vivía en primera persona.
Vergüenza. Como 40 mesas y un promedio de 150 personas pusieron los ojos en mí, y en mi amigo, que no habla español y que no comprendía que pasaba. Pese al momento de confusión, pude explicarle qué pasaba. Él me decía que nos fuéramos de allí y que nos quitásemos de problemas. Yo no quería irme. ¿Irme por qué? ¿Por ser GAY? ¿Por recibir un beso de un amigo? En la vida.
El encargado lidiaba con esa “fiera” que insistía en que le estábamos molestando. Nos levantamos, mientras el resto de comensales nos miraba atónitos y nos decían que no nos fuéramos, que los que tenían que irse eran ellos. Este padre de familia de unos 40 años, junto a su servidora mujer y sus hijos con educación y principios de dudoso valor. Pobres tener a un padre así.
Me levanté junto a mi amigo, y decidimos irnos pero la gente no nos dejó. Se levantaron como 10 personas que nos mostraron su apoyo y sobre su cariño.
NO NOS FUIMOS. Se fue esa familia, mientras el “padre” decía que como el encargado no hacía nada entonces eran ellos los que se iban.
Vivir esto en primera persona DUELE. Mucho más que un puñetazo en toda la cara. Me sentí pequeño, distinto por primera vez en mi vida.
ESTA ES MI DENUNCIA. MI DENUNCIA SOCIAL.
MI APOYO INCONDICIONAL A TODOS LOS QUE HAYÁIS PASADO POR ALGO PARECIDO.
Mi agradecimiento a todas esas personas que sin conocerme se acercaron y me cogieron del brazo para no irme. Gracias al staff VIPS PLAZA DE LOS CUBOS.
Gracias a mi familia por quererme.
Desde este momento esta historia no es solo mía, es tuya que la estás leyendo. Si la quieres compartir, hazlo.
STOP HOMOFOBIA