Te voy a enseñar una captura de un Whatsapp que le envié a Juanra, redactor de esta web, el domingo 3 de marzo mientras en la Sala BUT se celebraba la Tanga Party! que esa misma tarde se había anunciado que se había cancelado… pero en el Teatro Barceló.
Ojo:

¿Y qué explicaba en la nota de audio? Una teoría de la conspiración muy loca: que tanto Locamente, la promotora de Tanga Party!, como el Teatro Barceló se estaban marcando un pinkwashing espectacular y esperaban que nadie se diera cuenta.

Ayer por la tarde desde Locamente me hicieron llegar el comunicado en el que se anunciaba la cancelación de la fiesta en el Teatro Barceló y el traslado de la siguiente edición, el Aniversario, a La Riviera. El comunicado se publicaba después de que tanto en redes sociales como en esta web denunciáramos el hecho de que la promotora pretendía seguir adelante con la fiesta en el mismo local en el que dos días antes una formación fascista insultaba y abucheaba a la bandera LGTB+.
Con el ridiculo comunicado en el que se auto proclaman portavoces de “LOS MARICONES” Tanga pasa un problema exclusivo de la sala Barceló a ellos mismos. No se trata de politizar todo. Se trata de tener dos dedos de frente.
— El Niño De Elche (@CoqueWho) March 3, 2019
Lo que se le reclamaba a Locamente no era una cuestión de política, era una cuestión de dignidad y respeto al colectivo. Si la sala en la que haces tu fiesta permite un acto que agrede frontalmente al público de tu fiesta, dejas de trabajar en esa sala. Pero ellos se defendieron durante toda la mañana asegurando que respetaban la imparcialidad del local a la hora de programar otros actos y su propuesta para mostrar disconformidad con el discurso de odio de VOX era llevar banderas a la fiesta… y seguir engrosando la cartera de Pablo Trapote, gestor del Teatro Barceló e hijo de Pedro Trapote, propietario del edificio (en el que, sí, también se incluye la Sala But).
Pero el comunicado se publicó justo cuando en redes sociales empezaba a tomar fuerza la idea de boicotear la fiesta, asistiendo a la puerta del Teatro Barceló durante la misma a protestar portando banderas LGTB+. Una imagen mortal para la reputación de una fiesta como Tanga (y no muy agradable para una de las salas de fiestas más emblemáticas de la capital).
Realmente, en vez de hacer boicot a la @TangaPartyMAD y no ir, deberíamos ir a la puerta, no entrar, y gritarles mientras alzamos al viento nuestra bandera. 🏳️🌈
— Vicen TG (@vicen86) March 3, 2019
Así haríamos más ruido, no? 👍🏽
Pero había varias cosas en el comunicado de cancelación de Tanga que eran un sinsentido. Por un lado, anunciar la CANCELACIÓN de una fiesta cuando en realidad lo que se hizo fue… celebrarla en otra sala (si emites un comunicado cancelando una fiesta, no pides disculpas por el menor aforo en la fiesta que has cancelado).
Pero había otra cosa que, desde mi punto de vista, era aún más rara, siniestra, extraña y oscura. Y es que, si realmente Locamente había decidido trasladarse definitivamente a otro local y romper con el Teatro Barceló… ¿por qué estaban en una sala del mismo propietario organizando una fiesta, haciendo caja, y denunciando que se iban a otra sala?
Porque durante todo el día la polémica se había centrado únicamente en el Teatro Barceló, y nadie relacionó a VOX con la Sala BUT. Y porque, a pesar de las muchas dudas, nadie parecía tener clara la relación entre las dos salas. Y vete tú un domingo por la noche al catastro, maricón.
Pero nuestras dudas se disiparon en cuanto vimos que la revista Shangay, cuyo redactor jefe, Agustín Cascales, es DJ habitual en Tanga, publicaba lo siguiente:

Con todo mi cabreo encima, me puse a escribir un post de esos que acabo editando mucho. Pero era incapaz de darle forma al texto porque seguía sin entender lo que estaba pasando. Si realmente el propietario de la BUT es el mismo que el del Teatro Barceló, ¿cómo permite que la fiesta se mantenga en BUT después de que Locamente le exija públicamente en un comunicado que se disculpe con el colectivo LGTB+ y se comprometa a defender al colectivo?
Después de darle muchísimas vueltas al artículo y de recibir varios mensajes confirmándome que sí, que el dueño es el mismo y que si Tanga se celebraba en la BUT el dinero acabaría en el mismo bolsillo que autorizó el acto de VOX, comprobé que en la Shangay alguien se había apresurado a eliminar la referencia al propietario de la Sala:

¿Era a propósito? ¿Ocultaban algo o corregían un error? Me agobié, no entendía nada, lo dejé reposar, me fui a escuchar música… y de repente se me encendió la bombilla.
Si Pedro Trapote ha llegado a ser uno de los empresarios más importantes de la noche madrileña no ha sido por meterse en berenjenales tan absurdos como éste. Había un detalle de la biografía de Trapote que me llamaba la atención, y es que fue el primer empresario de ocio nocturno en contratar a travestis y drag queens para trabajar en la sala Joy Eslava en fiestas heterosexuales. Un empresario que en los 80 hace eso, en 2019 no se la juega organizando un acto fascista con 700 chavales (y la publicidad negativa que conlleva) en la misma sala que el primer domingo de cada mes se llena hasta los topes en una fiesta LGTBI+
Si alguien autorizó el acto de VOX (elucubraba yo anoche ¿eh?, no afirmo nada) debió ser Pablo Trapote, el hijo. Y si tanto la BUT como el Teatro Barceló funcionan a la vez durante Tanga es porque, aunque estén gestionadas por empresas diferentes, el que manda debía ser Pablo Trapote. Y después de 2 días enteros de medios de comunicación poniendo a parir el acto en tu teatro, se le debió abrir el cielo al comprobar que desde Tanga Party le estaban poniendo en bandeja la forma de salir del aprieto.

Y eso es lo que dice la nota de audio que le envié anoche a Juanra: Que estaba convencido de que todo era un paripé de Locamente y el Teatro, que simularían un enfado para salvar los muebles, manteniendo la fiesta en la BUT para no perder toda la pasta, escenificando una ruptura, celebrando el aniversario en La Riviera… y entonces, en algún momento, el Teatro Barceló haría exactamente lo que Locamente exigía en su comunicado:



Ahora, Tanga Party tiene una imagen brutal en el colectivo al desmarcarse como fiesta súper comprometida con el colectivo LGTB+ y, a la vez, tiene vía libre para volver a un Teatro Barceló del que no solo no se fue…
Es que nunca tuvo pensado irse:

Esta mañana, a la espera de ver si mi sospecha (que, por cierto, comparte mucha gente) se cumplía o no, he publicado un artículo que era casi un publirreportaje pagado por Locamente. Pero si escuchas atentamente mientras lo lees puedes escuchar la mosca que tenía yo detrás de la oreja. En él he publicado las capturas que tenía preparadas para el artículo que no pude publicar ayer porque me faltaba confirmar el dato: quién coño era el dueño de la Sala BUT.
Pues es MUY divertido comprobar que desde Locamente aseguraban esto:

Para luego ir a El Español y leer a Pablo Trapote diciendo esto:

Por si todo este ridículo intento de Pinkwashing (que yo esperaba que la tontería nos diera para un mes de posts, y ni un día ha durado) no fuera ya lo suficientemente estrepitoso, a la operación de blanqueo del Teatro Barceló le faltaba algo: a los Trapote diciendo que no son homófobos (y, de paso, comparando a VOX con Podemos). Pues tranquilo, ya estamos todos:

Guardemos un minuto de silencio por la dignidad del que ha escrito eso. Está enterrada en el mismo sitio que la de todos los que en algún momento han blanqueado al fascismo por unos cuantos euros.
En resumen:
Todo apunta a que Tanga Party nunca se fue del Teatro Barceló en protesta por nada, por mucho que hayan conseguido una publicidad maravillosa en medios que hace parecer que sí. Algo en lo que necesariamente ha tenido que colaborar el dueño de la Sala BUT, que es el mismo que del Teatro Barceló (aunque la fiesta asegurara que no).
Simplemente han simulado un cierre de sala (dejando medio aforo, en la sala no problemática), han seguido lucrando al mismo empresario que permitió el acto de VOX (que es el verdadero problema de todo esto), han simulado un enfado con la sala «yéndose» a La Riviera, para que el Barceló ahora siga el guión marcado por el comunicado de ayer por la tarde y Tanga Party (y sus 4000 asistentes mensuales) siga adelante en la sala que ya puede contar a Santi Abascal como Guest DJ como si aquí no hubiera pasado nada.
Escuchemos de nuevo lo que Ferran Poca decía esta mañana en televisión:
Los promotores de ‘Tanga Party’ rompen con la sala Barceló tras un acto de Vox “incompatible” con sus valores. #FiestaVox120▶https://t.co/GqpwbIY6Q5 pic.twitter.com/uTjiQ3yRiQ
— 120 minutos (@120minutosTM) March 4, 2019
Ahora entiendo por qué propone al resto de empresarios que hagan lo mismo que ellos.
P.D.: Por cierto, ahora este tweet me hace muchísima más gracia que ayer.

P.D.2: Eh, chicos:
