Hace un tiempo te contábamos que una pareja gay fue brutalmente atacada en Filadelfia por un grupo de personas que fueron identificados por los usuarios de Twitter, porque los muy idiotas subieron fotos a sus redes sociales justo antes de apalizar a la pareja y no fue difícil encontrarlos y que la policía los detuviera días después. Los tres fueron puestos en libertad tras pagar una fianza de 50.000$ en el caso de Kahryn Knott (de 24 años) y 75.000$ en el caso de Philip Williams (24 años) y Kevin Harrigan (26 años).
Kathryn, Philip y Kevin estaban acusados de asalto, asalto con agravantes (fue considerado un delito de odio) y de poner en peligro la integridad física de otra persona. Además los dos chicos, Phillip y Kevin, fueron acusados de conspiración para cometer un delito. Los tres energúmenos fueron identificados por las víctimas del ataque, uno de los cuales sufrió una rotura de mandíbula que le ha tenido dos meses con una prótesis que le impedía abrir la boca. Durante el juicio esta víctima declaró que Harrigan se le acercó preguntándole «¿Es ese tu puto novio? ¿Eres un puto maricón?» y luego le golpeó en la cara mientras seguía insultándole. Los otros dos asaltantes se unieron a la trifulca y el resto es historia.
A los tres asaltantes se les ha ofrecido un trato (el fiscal del distrito ha confirmado que las víctimas estaban de acuerdo con esa oferta) que consistía en declararse culpables del crimen de odio para evitar la prisión realizando a cambio servicios a la comunidad y cumpliendo una pena de libertad condicional. Aunque en un principio los tres sostenían que la pelea había comenzado de forma mutua entre ellos y la pareja gay, Williams y Harrigan han aceptado la propuesta del fiscal y no pisarán la cárcel tendrán que realizar 200 horas de servicios comunitarios en un centro LGTB y cumplirán cinco y tres años de libertad condicional respectivamente. Además, hasta que termine la libertad condicional, tienen prohibido el acceso al centro de la ciudad.
Por su parte Kathryn Knott ha rechazado declararse culpable y tendrá que ir a juicio, arriesgándose a que la declaren culpable y tenga que cumplir pena de prisión. Evidentemente no nos da ninguna pena porque la buena de Kathryn resultó ser todo un elemento. Fue despedida de su trabajo en el Hospital de Landslade por un uso inapropiado de su cuenta de Twitter (no sólo publicaba tweets homófobos, sino que también insultaba a sus pacientes y colgaba imágenes que violaban la intimidad de los mismos). Un amor de chica. Además cuando se supo que era hija del jefe de policía de Chalfont se desató la polémica, y es que a nadie le pasó por alto la ineficacia de la policía para identificar al trío calavera (aunque había grabaciones de cámaras de seguridad) y lo mucho que tardaron en realizar las detenciones.
Habrá que ver qué pasa con ella. Pero por ahora nos alegramos de que los otros dos hayan recibido el castigo correspondiente. Y, recuerda: aunque este caso ocurriera en Estados Unidos, es importantísimo denunciar cualquier tipo de agresión homófoba.
Fuente | The Civil Rights Movement