La policía de Taiwan detiene a un monje budista que montaba «experiencias religiosas» con anfetas en su cuarto.
El Maestro budista Kai Hung (no pun intended) acaba de pasar unos días bastante complicados pero probablemente no se acuerde porque aún debe estar bastante colocado. Y es que hace unos días la policía de Taiwan detuvo al monje en su habitación del templo budista Miaoli de Chongfo, que parecía el baño de Whitney Houston.
A Kai Hung lo pillaron en su habitación con: dos pendrives con más de 200 gigas de pornografía, 19 gramos de anfetaminas, pipas para fumar, pastillas para la erección, condones, relajantes anales y (ojo a esto) un bote de lubricante llamado «Agua Bendita».

Pero espérate que eso no es todo.
En septiembre de este mismo año el Maestro Kai Hung fue expulsado del templo de Tongshan por «problemas de comportamiento«, lo que llevó a Kai Hung a meterse (no pun inteded, again) en el templo de Chongfo. Una vez allí Kai Nández Hung empezó a comportarse igual de mal que en Tongshan y sus sex parties no tardaron en revolucionar el monasterio. Porque entrar en su habitación era como entrar en una nube, tía. (GUIÑO, GUIÑO).
Tras ser detenido por las autoridades acusado de haberse pasado por el arco de triunfo las leyes anti drogas (lo que había en esa habitación no se veía desde los tiempos del Que Trabaje Rita Studio 54), Kai admitió el uso de las drogas y el montón de sexo que había tenido, pero juró que nunca distribuyó ninguna sustancia. Tras pagar una fianza de más de 2.500€ (Buddha aprieta, pero no ahoga) ha sido puesto en libertad aunque la investigación sigue en curso. Falta saber, por ejemplo, quién le denunció y filtró los vídeos en los que se le ve montado en un pony en mitad de una de sus fiestas.
El propio monje dice estar seguro de que los vídeos los ha publicado alguien de su antiguo templo que quiere manchar su nombre; y por lo que parece los vídeos fueron enviados a la policía por parte de un monje de su antiguo templo… que… mantuvo una relación con Kai y la cosa no salió muy bien.

Querida Netflix: nunca te pedimos nada. Pero, visto lo visto, no sabemos a qué esperáis para sacar un spin-off de Élite en ese templo budista.
Fuente | Instinct Magazine