Un señor muy desubicado exige a una Nochevieja LGTB+ que le devuelvan el dinero porque él no lo sabía y había hombres besándose.
Hace mucho tiempo un buen amigo del que no me acuerdo ni del nombre (así de bueno era) me dijo que «cuando crees que el ser humano no puede ser más gilipollas… la vida te lleva la contraria«. Pues hala, conozcamos a Stuart.
Stuart y su novia compraron entradas para pasar la última Nochevieja en la fiesta que Push The Button organizaba en PopWorld. En Londres. Para que nadie se líe y le pase como a Stuart, Push The Button es una fiesta que se anuncia a si misma como «dirigida por personas queer que da la bienvenida a cualquier amante de la música que respete todos los géneros y sexualidades«. Vamos, como unos Churros con Chocolate: una fiesta que a veces cambia de sitio. Y éste era el flyer de la fiesta:
PopWorld es un local en el centro de Londres en el que Push the Button organizaba su Nochevieja, un evento con la frase promocional «AGARRAOS LAS BRAGAS, NENAS!!!» y que prometía la Nochevieja ideal para todos «los backstreet boys, las material girls y las dancing queens«.
ES UNA FIESTA GAY, STUART.
ES UNA FIESTA MUY GAY, STUART.
Bueno, pues Stuart fue con su novia…
A celebrar la Nochevieja allí…
Con sus entradas anticipadas…
Y cuál fue su sorpresa al descubrir que…
ERA UNA FIESTA GAY
Si creías que la noticia acababa aquí y ay qué risa los heteros, que creen que nos llamamos Hazte QUERER; pues la cosa mejora.
Unos días después de la fiesta el DJ y promotor de Push The Button, Rob Holley, publica en Twitter un e-mail de Stuart en el que le explica que está «muy contento por la noche«, pero quejándose de que en la página de Eventbrite no dejaba claro que era un evento «GBLT» y que él y su novia tuvieron que irse antes de medianoche.
Rob contestó a Stuart diciéndole que no entendía su e-mail porque si estaba contento por la noche ¿por qué se fueron antes de las doce?, y Stuart contestó (ahora ya entendiendo que estaba enfadado) diciendo que «he estado en muchos locales con mi novia y no esperaba que me hicieran sentir incómodo«.
Además exigía que le devolvieran el dinero porque la noche «se convirtió en una fiesta gay, y yo no soy homófobo pero eso no es lo que se publicitaba en la web» y además se perdieron la cuenta atrás y su novia estaba muy enfadada.
Rob ofreció a Stuart la posibilidad de explicarle exactamente qué fue lo que hizo que se fueran de la fiesta:
«Como pone en nuestra web, en nuestra publicidad, en nuestra página de Facebook y en los dos puntos de venta -Facebook y Eventbrite- en los que compraste tu entrada: Push The Button está dirigida por personas LGBTQ+ y tiene una política inclusiva de respeto a la sexualidad y género de todas las personas«.
Para que Stuart lo entendiera, añadió:
«Es una política muy simple que nos ha funcionado bien para crear un entorno seguro e inclusivo para aquellos que quieren escuchar a Carly Rae Jepsen a todo volumen en un equipo de sonido obscenamente caro, justo como ella pretendía.«
El motivo por el que nos encantaría que Rob fuera redactor de esta web, es que se despidió de Stuart con la siguiente maravilla:
«Siento mucho que no vieras esa información, pero muchas parejas mixtas vienen a la fiesta a menudo y disfrutan mucho.
Solemos recibir quejas de gente porque no hemos puesto a Kylie o sobre por qué no hemos puesto la nueva canción de Loreen, pero en nuestros 8 años de existencia ni una sola vez se nos había quejado alguien porque se sentía incómodo por su sexualidad.
Para nuestro propio beneficio, trabajando hacia una mejor experiencia para todos, ¿puedo preguntarte específicamente qué fue lo que hizo que tú y tu novia os sintierais incomodos y quién fue el que os hizo sentir que teníais que iros?»
¿La respuesta de Stuart? Que cuando compró las entradas no ponía nada de que era una fiesta «LBGT» y que ni él ni su novia tienen «deseos de ver a hombres besándose«.
Confirmado que Stuart es homófobo, Rob preguntó al equipo de puerta y éstos le dijeron que sí, que hubo un señor que quería que le devolvieran el dinero de las entradas a las tres horas de empezar la fiesta. «Si vas a salir por el centro de la ciudad más fabulosamente diversa del planeta«, respondió Rob a Stuart, «y ver a dos hombres besándose hace que tú y tu novio os sintáis incómodos… Os sugiero que paseís la Nochevieja de 2019 (y cualquier otro finde por la noche) en casa, delante de la tele«.
Aún hay más:
«Vamos a donar tus 50 libras a Stonewall. Claramente, aún tienen mucho trabajo que hacer.
Espero que el 2019 te traiga nuevas oportunidades de experimentar eso que hace que Londres sea incómoda para ti, pero maravillosa para todos los demás.»
Evidentemente Stuart se pilló el rebote del siglo y volvió a insistir en que no es homófobo pero si hubiera sabido que era una fiesta «LGBT» (¡lo ha puesto bien en español, por fin!) habría ido a otro sitio; pero que no iba a seguir con la conversación porque Rob es «claramente un individuo ignorante sin empatía«.
¿Qué respondió Rob, del que ya nos hemos enamorado perdidamente?
«Gracias por las sugerencias, Stuart.
Para tu comodidad, también nos aseguraremos de llevar triángulos rosas.»
Y ya está. Ésa es la noticia.
