En la última semana de la moda de Nueva York hubo un modelo que llamó la atención de todo el mundo. Se trata de Laith Ashley, un chaval de 26 años que desfiló para Adrian Alicea y Gypsy Sport y que además formó parte de una sesión de fotos que Bruce Weber realizó para Barneys.
Y sí, Laith es transexual. Como ha contado en varias entrevistas, Laith se dio cuenta de que algo estaba «mal alineado» en su cuerpo cuando tenía 5 años, pero no fue hasta los 17 que se decidió a afrontar lo que estaba pasando: «En ese momento no sabía lo que era ser transgénero, así que le dije a mis padres que tenía novia. Pero nunca me sentí bien con la idea de ser una mujer lesbiana.«
Laith comenzó su transición médica hace pocos años (tardó seis años desde que «salió del armario» hasta que empezó el tratamiento), lo que ha hecho que su éxito como modelo haya sido toda una sorpresa para el chico, y asegura que aún le resulta bastante chocante que la gente le reconozca: «Ser modelo es muy emocionante. Siempre me sorprende cuando voy al gimnasio o a una tienda y la gente me reconoce. Me hace sentir genial, pero también es un poco violento.» Además Laith nunca se había planteado ser modelo: «La semana de la moda de Nueva York fue muy divertida. Tiene gracia porque nunca pretendí hacerme modelo. Simplemente ocurrió… Todo sucede por una razón y estoy impaciente por ver hacia dónde va todo esto.«
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El problema para Laith es que su madre es una devota Cristiana, así que la persona que más apoyo le ofreció fue de su padre: «A mi padre le pareció bien. Le dije que si él estaba orgulloso de mí eso le quitaba poder a la gente que me criticara. ¿A quién le importa lo que opinen los demás si él está orgulloso?«
Laith tiene unos 60.000 seguidores en Instagram (entre los que están gente tan guay como Laverne Cox o Whoopi Goldberg) y tiene claro que su imagen pública en cierta manera le convierte en un modelo a seguir porque «puede que encaje en la imagen que muchos quieren conseguir«. Pero Laith tiene muy claro que cada persona tiene su propio camino y aunque se siente halagado por la atención que recibe, «cada uno ha de ser fiel a su verdadero ser. No tienen por qué entrar en una caja.»