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En un duro comunicado publicado en su página web el Malaysian AIDS Council avisa de que la homofobia, la transfobia y los prejuicios LGTBfóbicos están contrarrestando la lucha del país contra el VIH.
Que Malasia no es el país ideal para ser LGTB+ es algo que llevamos bastante tiempo viendo. Y ¿qué ocurre cuando un país instaura la LGTBfobia en sus instituciones y promueve el miedo y los prejuicios hacia el colectivo? Que pone a su población en riesgo.
La organización líder en la lucha contra el VIH en el país, el Malaysian AIDS Council (MAC) publicó hace unos días un comunicado en el que acusaba directamente a la homofobia, la transfobia y el temor que se está generando respecto al colectivo como «el mayor de los contribuyentes en el creciente número de nuevas infecciones de VIH en el país, como ya han informado varios medios de comunicación en la última semana.»
Malasia es uno de los 10 países de la región Asia Pacífico que colman el 95% de los nuevos diagnósticos de VIH. Desde 2010 la transmisión de VIH por vía sexual se convirtió en la principal fuente de nuevas infecciones, sobrepasando así al uso de drogas inyectables u otras formas de transmisión. El año pasado el 84% de esas nuevas infecciones fueron por vía sexual, y de ésas el 46% ocurrieron entre hombres que tienen sexo con otros hombres.
Desde hace un tiempo el MAC y otras organizaciones trabajan con el Ministerio de Sanidad del país para crear estrategias de ayuda a los grupos en mayor riesgo de contraer el VIH: las trabajadoras sexuales, las personas trans y los hombres que tienen sexo con otros hombres. Uno de los puntos claves de esa estrategia es la mejora de acceso a las pruebas rápidas de VIH, que ha hecho que cada vez haya más personas realizándoselas periódicamente. Sólo en 2017 más de 1,400 personas de esos grupos de riesgo ya se han hecho la prueba.
El MAC considera que este avance es «esperanzador» porque las poblaciones que hace un tiempo eran condenadas al ostracismo ahora están empezando a salir a la luz para acceder a los tratamientos del VIH, pero avisan de «los efectos adversos que la homofobia, la transfobia y el miedo al colectivo LGTB pueden tener en la meta de acabar con el SIDA en 2030. Hay suficientes pruebas que demuestran que en ambientes en los que las personas LGTB+ son perseguidas, discriminadas o criminalizadas la epidemia del SIDA prospera.»
Es por eso que avisan de que si el país quiere realmente apuntarse al objetivo global de acabar con el SIDA para el 2030 «no debemos permitir que la homofobia, la transfobia o los sentimientos anti-LGTB impregnen al discurso contra el VIH y el SIDA en nuestra sociedad.»
Fuente | Gay Star News