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Durante una charla en directo con sus fans a través de Instagram, el actor Keiynan Lonsdale dice que su pronombre preferido es «árbol» («tree»), porque «todos venimos de los árboles».
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Huelo la marihuana desde aquí, Keiynan.
Hace unas semanas me encontré con un artículo muy bien escrito por un señor que no recuerdo en el que explicaba por qué tenemos que dejar de convertir en portavoces políticos a cualquier miembro del colectivo LGTB+ que se hace famoso. La reflexión venía a cuento de unas declaraciones un pelín desafortunadas de Jonathan Van Ness (Queer Eye) sobre el racismo y el partido Republicano.
Pues ese mismo artículo serviría para explicar lo de Keiynan Lonsdale. Es eso o poner el vídeo de la señora del «Madre mía, cómo está la vida» del APM. Tú eliges.
Keiynan Lonsdale es conocido por su papel en la serie The Flash y por su participación en película Love, Simon y, desde entonces, se ha mantenido en el candelero a base de subir a su Instagram vídeos en los que sacude el rabo (literalmente) o por unos desnudos filtrados (ejem, ejem) en los que mostraba lo que sacude en Instagram.
Precisamente durante un directo en Instagram Keiynan se puso a responder preguntas de los fans y alguien le pidió que explicara con qué pronombre prefiere que se refieran a él. La respuesta… un cuadro: «Vale, esto puede sonar estúpido, pero me da igual. Espero que esto… No creo que esto sea ofensivo, pero no quiero que me sigan tratando como ‘él’; solo quiero que me llamen ‘árbol’» (En inglés, «tree»)
Sí, árbol.
Como los fans no entendían nada, Keiynan fue tan amable de explicarse un poco mejor: «Quiero que la gente me llame ‘árbol’, porque todos venimos de los árboles, así que no importa si eres un él, una ella o elle o elles. Al final del día, todo el mundo es un árbol.»
Antes de que alguien le explicara que no, que el ser humano no viene de los árboles (por muy duras que se nos pongan algunos miembros a veces), él siguió con lo suyo: «Quiero llamar árbol a mis amigos; y que me llamen árbol, y a todo el mundo, ‘árbol’. Así que creo que cuando alguien me pregunte qué pronombre prefiero diré que ‘árbol’»
Y añadió: «No estoy colocado, por cierto, es que soy así»
Durante el directo en Instagram, Lonsdale también habló sobre su sexualidad y su identidad y dijo que aún le sorprendía que hubiera gente que le preguntaba si es gay: «El año pasado salí del armario como cualquier cosa menos heterosexual. Hace un año y medio. Es algo que depende del día; a veces soy bisexual, a veces soy gay, a veces me siento hetero, a veces no soy nada. No importa. Pase lo que pase, al final de todo, soy Keiynan. Así que si la pregunta es: ‘Oye, ¿eres Keiynan?’ ¡Sí, soy Keiynan!»
Que no voy a ser yo el que le diga a este chico cómo se tiene que sentir o cómo se tiene que identificar, pero está bien recordar que las etiquetas a veces nos sirven para comunicarnos y relacionarnos… Y otras veces sirven para que nos hagan daño (o hacérnoslo nosotros mismos tomándonoslas a cachondeo). Sin contar que yo sigo sin comprar este discursito a lo Sandra Barneda que proclama que da igual quiénes seamos, somos personas. Sí, somos personas. Pero no da igual quiénes seamos o a quién amemos cuando seguimos siendo discriminados; y entrar en ese juego es igual que aceptar eso de que podemos hacer lo que queramos en privado, pero no en público que hay niños mirando.
A pesar de que a Keiynan le iría bien reflexionar un poco antes de hablar y no decir tonterías propias de una tertulia de 13TV, sí hubo una parte de esa transmisión que es muy bonica:
Me gusta cambiar mi pelo, me gusta arriesgarme en la forma en que me visto, me gustan las chicas, me gustan los chicos (sí), me gusta crecer, me gusta aprender, me gusta quién soy y en quién me estoy convirtiendo. (…) Me he pasado muchos años odiándome a mí mismo, pensando que valía menos porque era diferente… Lo cual es mentira. Hace un par de años fui capaz de aceptarme a mí mismo y eso me salvó la vida; pero ahora estoy en otro callejón sin salida y me siento un poco perdido. Tengo que tomar el siguiente paso y aceptar quién soy, lo cual es bastante excitante. Dejar de fingir cualquier mierda, no pedir perdón por enamorarme de las personas sin importar su género.
Precisamente por eso, Keiynan. Que no pasa nada por definir tu orientación sexual y tu identidad de género. Y tampoco pasa nada por no definirlo. Pero, por favor, no digas que quieres que se dirijan a ti con el pronombre «árbol» porque bastante difícil es que algunos se tomen en serio la necesidad de un lenguaje inclusivo y representativo para que ahora tú te conviertas en Arturo Pérez Reverte.
Un poquito de por favor.
Fuente | Pink News