Las famosas fotos de Justin Bieber para Calvin Klein han dado más que hablar que todos los Gran Hermano juntos, y esto es básicamente por dos motivos: el primero es que tienen tanto photoshop que parecen pintadas al óleo. El segundo es que somos todas unas buitras que estábamos deseando despellejar a Justin otra vez.
Recreación: tú y yo viendo las fotos de Justin
Y tras el rapapolvo mundial y que varias webs retocaran las fotos previamente retocadas fingiendo eliminar el Photoshop, Justin se ha indignado. Y no por las tetazas, los pectorales ni por los bíceps o los tríceps, sino por su paquete. Todo el mundo ha cuestionado su paquete y en esos montajes lo han hecho aparecer un chocho gordo una vagina voluptuosa. Y eso sí que no.
Para desmentir tan duras calumnias el cantante que ya hace mucho que no canta ha optado por dos tácticas. La primera, subir a Instagram una foto en toalla:
La segunda y menos acertada ha sido dejarse fotografiar a lo «commando» (osea, sin sus Calvin) por los paparazzi.
Así que vale, Justin Bieber es capaz de marcar capullo con un pantalón de chándal muy feo. ¡Applause!
Pero lo siguiente que nos preguntamos es: ¿dónde está ese cuerpazo? ¿Y el pechazo? ¿Y los bíceps? ¿¡Dónde están!?
En definitiva la estrategia de Justin Bieber ha servido para demostrar que todas las acusaciones sobre el Photoshop eran VERDAD y que Calvin Klein nos miente cual partido político random.
Justin, amiga lesbiana, o te sacas la chorra o esto no habrá valido la pena. ¡Besis!