Cuando el otro día hablábamos por primera de Into The Blue, el nuevo single de Kylie, os decía que una de las cosas que hacen que la australiana sea tan guay es que no deja que ni sus dramas personales ni Úrsula Corberó le fastidien una buena canción. Lo que no nos queda claro es entonces qué coño pintaba Skirt en todo esto.
Into The Blue parecía la típica canción así como muy guay y muy Kylie que nos encandila y nos pone tiernos a la vez que nos da ganas de emborracharnos y soltar pluma quemar la noche. Pero el vídeo demuestra que nos equivocábamos: Kylie no está feliz y no sólo no ha superado lo de Velencoso sino que además se ha hecho adicta a la amenaza más peligrosa del momento: Instagram.
Rodado en 2 días -el segundo se usó para superar la resaca- directamente para dispositvos móviles y televisiones de 1994 (haciendo uso de los filtros Inkwell, Walden y Earlybird) vemos a Kylie dándolo todo de fiesta, probablemente intentando superar lo de Velencoso con las amigas y con un vestido diseñado por Inma Contreras. Pero la noche de Kylie está a punto de dar un giro dramático porque de repente conoce a un francés que le da lo suyo y lo de su prima:
Kylie pasa la noche con André (el Velencoso gabacho) y luego tiene un subidón como cuando te equivocas de pastilla y en vez del Ibuprofeno te tomas una Mitsubishi y él pone caras de circunstancia mientras ella le destroza el piso vestida con su camisa.
Finalmente ella se da cuenta de que el francés está un poco harto de tener a una flipada en casa y Kylie se larga en pleno subidón a seguir de fiesta vestida como en la Nochevieja de 2001. Y él sale corriendo a buscarla, en teoría porque se ha dado cuenta de que la ama; en realidad porque le ha robado el iPhone para poder seguir subiendo fotos a Instagram.
Ésa es nuestra Kylie.
httpvh://youtu.be/fL6FaI-wJxs