La tecnológica china Kunlun pone en venta la app Grindr, con base en West Hollywood, después de que EE.UU. la considere un riesgo para la seguridad nacional.
Si estás flipando un poco ahora mismo porque la app que usas para comer rabos conocer chicos en tu zona y socializar alegremente tomando un refresco está en el centro de una polémica geopolítica internacional con regustito a película de Bourne… no flipes, porque es real.

Ya sabrás (y si no lo sabes di que sí, que nadie se va a dar cuenta) que en 2016 la compañía tecnológica china Kunlun (una de las empresas de gaming más grandes del país) compró el 60% de las acciones de Grindr, la app de folleteo contactos con sede en West Hollywood (California), para en 2018 acabar haciéndose con todas las acciones y así tener control sobre todas las pollas del mundo decisiones de la empresa.
Pero al gobierno de Estados Unidos no le gusta mucho eso de que una compañía china tenga acceso a tantos datos tan sensibles de tanta gente. Especialmente porque entre esos usuarios de Grindr puede haber… no sé… militares… científicos nucleares… espías… desarrolladores de viruses mortales que venderían el trabajo de toda su vida por un buen melocotón y un diamantito…

Dos senadores demócratas, Edward Markey y Richard Blumenthal, declararon públicamente su preocupación sobre este tema cuando se supo que Grindr había compartido con terceros los datos sobre el estado serológico de sus usuarios. La aplicación dejó de compartir esos datos pero ha seguido teniendo serios problemas de seguridad (como, por ejemplo, el hack que publicamos en esta web que permitía ver quién te tenía bloqueado o -algo más peligroso- uno que permitía encontrar la localización exacta de una persona). Todo eso que te estoy contando puede que en pleno Chueca no sea un problema. Pero si un señor de Brunéi se atreviera simplemente a instalar la aplicación y abrirla, se le podría localizar al momento para apedrearlo hasta la muerte.
A sus problemas de reputación (como empresa, porque la app sigue siendo una de las más populares entre la comunidad gay de todo el mundo) hay que sumar la polémica generada por su CEO, Scott Chen, cuando dijo que el matrimonio es algo entre un hombre y una mujer.
¿Y cómo puedes ser homófobo y ser dueño de una app gay como Grindr? ¡Fácil!

Seguramente han sido todos esos motivos (lo de la seguridad y las filtraciones, no la homofobia de Chen) los que han llevado al Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos a declarar a Kunlun como un «riesgo para la seguridad nacional«. Lo que implica, básicamente, que Kunlun no puede seguir siendo propietaria de Grindr. El CFIUS no ha dado las razones exactas por las que ha tomado esa decisión (rara vez las da), pero los senadores Markey y Blumenthal han aplaudido la medida asegurando que «debería servir para trazar una línea en la arena para futuras adquisiciones extranjeras de datos tan sensibles«.
El pasado mes de agosto desde Kunlun (que ya se olían que el CFIUS no iba a aprobar que siguieran controlando la app) anunciaron que tenían pensado lanzar una oferta pública de venta; pero tras el dictamen han decidido vender directamente porque la OPV habría alargado demasiado la propiedad de Kunlun. La empresa china ha contratado al banco de inversiones Cowen Inc. para que arranque el proceso de venta de la aplicación y ya han comenzado contactos con varias firmas de inversión norteamericanas… así como a los propios competidores de la app.

Si os apuntáis al Club Hazte Queer antes de que la vendan y nos llega el dinero, la compramos nosotros y se acabaron nuestros problemas para mantener la página en funcionamiento. ¡Si hasta viene con su propia web marica!