La serie de TVE vuelve a homenajear a Federico García Lorca en su cuarta temporada, con un reencuentro largamente esperado por los fans que ha generado algo de polémica
El Ministerio del Tiempo lo ha vuelto a hacer.
Por si no sabes de qué va, El Ministerio del Tiempo trata de un Ministerio Secreto del Gobierno de España que se encarga de proteger que el pasado siga como está gracias a unas puertas mágicas que aparecieron vete a saber muy bien por qué en pleno centro de Madrid. En un capítulo de la primera temporada los funcionarios se topaban con Federico García Lorca y lo pasaban peor que tú cuando te invitan a un camerino y ves a los famosos borrachos y no puedes contar nada.

Por mucho que Julián (Rodolfo Sancho) quisiera avisar a Lorca del fatídico destino que le esperaba, tenía que quedarse callado.
Hasta la cuarta temporada, que se está emitiendo actualmente en TVE, y en la que Julián vuelve a encontrarse con Lorca y lo que pasó a continuación emocionó a Spielberg:
"Entonces, he ganado yo, no ellos. Dejemos las cosas como están” Se cierra el círculo. Julián y Lorca. Lorca y Julián. ♥¡Gracias! ♥#MdTBloodyMary #FedericoGarcíaLorca #LaLeyendaDelTiempo #Camarón pic.twitter.com/XZDaqyBnf4
— Mº del Tiempo (@MdT_TVE) May 19, 2020
La escena, eso sí, no ha estado exenta de polémica. Los comentarios a favor y en contra de la misma en redes sociales están ahí ahí. Y es que sí, es muy emocionante ver a un Federico García Lorca siendo transportado al futuro y comprobando que no cayó en el olvido en el momento de ser fusilado por el franquismo. Porque sí, Franco sí mataba a personas. Y a éste poeta en concreto (del que ahora los herederos de Paquito tan orgullosos dicen estar) recordemos que lo fusilaron y tiraron su cadáver a una fosa común por «socialista, masón y homosexual».
«He ganado yo, ellos no», dice Lorca (interpretado por Ángel Ruiz), para a continuación abrazar con cierta resignación su fatídico destino.

Y sí, es cierto que de algún modo finalmente Lorca ganó y los fascistas no (al menos por ahora, espérate al 2030). Pero estamos hablando de una obra de ficción y es probable que el verdadero Lorca no se tomara con tanta deportividad que unos fachas lo asesinaran de esa manera. Y es que la cruda realidad es que sus restos siguen tirados en alguna parte de Granada, sin que absolutamente nadie haya movido un dedo por buscarlos. Y junto a él decenas de miles de españoles que nos convierten en uno de los países del mundo con una democracia súper consolidada más cadáveres en las cunetas. Literal.
Por eso, aunque pueda resultar una escena algo curiosa y hasta frívola, no hay que olvidar que la escena no es más que una licencia poética para rendirle homenaje a la figura de Lorca y a lo que precisamente le costó la vida: la libertad.
La de verdad, no la de Javier Negre.