Son muchos los mitos en torno al VIH: que si es una cosa de maricones, que si se contagia por la saliva, por dar la mano y hasta por contacto visual… SPOILER: todo eso es mentira. De hecho, el VIH ni siquiera se contagia, sino que se transmite. Pero ése es otro tema. Por suerte, poco a poco vamos a acabando con estos mitos tan perjudiciales y que tanto estigma producen en la población VIH positiva.
Pero hay un mito muy extendido que parece todavía más difícil de erradicar y es que el hecho de tener VIH equivale a tener una esperanza de vida corta. Poco importa lo que diga la ciencia: para los ignorantes (un saludo a Mario Vaquerizo), sigue siendo un virus mortal que te mata por mucho que quieras evitarlo, así que lo mejor es no acercarse a alguien con el VIH. Nada más lejos de la realidad: con los avances en medicina, una persona diagnosticada y en tratamiento (los dos primeros 90 del 90/90/90), puede tener una esperanza de vida similar a la de cualquier otra persona. O incluso más.

Ése es precisamente el caso de Miguel, la persona de mayor edad conocida que vive con el VIH. Es de Portugal y se le conoce como «el paciente de Lisboa«, pues su familia ha pedido que no se lo identifique. Se estima que lleva conviviendo con el virus desde hace al menos 14 años. Ahí es nada. Ciencia = 1, ignorantes = 0.
El principio de la historia de Miguel es muy común: en 2004 fue al médico con problemas para respirar, y ahí descubrieron que tenía un número extremadamente bajo de células CD4, una señal común de la presencia del virus en el organismo. El diagnóstico fue positivo, pero los médicos dudaban en comenzar con el tratamiento, en parte a su avanzada edad de 84 años. Su médico, el doctor Henrique Santos, no sabía si iba a funcionar. Pero así fue.
«Cuando este paciente acudió a mí a esa edad, dudé un poco sobre si debería tratarse. Todo fue bien, pero podría haber salido mal. Podría haber habido señales de toxicidad. Podría haber sido incapaz de soportar el tratamiento. Podría habérselo saltad. Teníamos que considerar esas posibilidades.»

Por su parte, el especialista italiano en VIH Giovanni Guaraldi, dice lo siguiente: «Necesitamos que la gente lo sepa. Todavía hay mucha gente viviendo con VIH que consideran su enfermedad como algo horrible, mientras que en realidad… aparte de experimentar y vivir con una enfermedad crónica, todavía puedes experimentar un envejecimiento saludable.«
No es de extrañar que ahora muchos consideren al «paciente de Lisboa» como un icono de esperanza, la prueba viviente de que es posible vivir con VIH, envejecer, llegar incluso a una edad más avanzada que la mayoría… y además, hacerlo con salud.
Jaque mate, serófobos.