Desde la llegada de internet a nuestras vidas el mundo del periodismo ha cambiado mogollón. Pero mogollón, mogollón. Hasta el punto de que hay gente, como yo, que no hemos estudiado periodismo pero en cierta manera ejercemos de periodistas. Aunque para serte sincero lo mío resulta que era de vocación, que de pequeño estaba muy loca y cuando me preguntaban qué quería ser de mayor contestaba que Pedro Piqueras. Entiéndeme, en esa época Piqueras no se dedicaba a meter desfiles de Victoria’s Secret entre noticias medio inventadas y catástrofes mundiales.
Pero a lo que iba: el periodismo. Hay muchas clases de periodismo. El político, el local, el del corazón, el de deportes… Y desde la llegada de internet es súper fácil hacerte periodista del corazón. Sólo tienes que tener unos cuantos amigos que te cuenten cosas y aprender a usar el «presuntamente». Escribes un texto en el que dejas caer sin afirmar cualquier cosa y ¡eres periodista!
El pasado domingo por la mañana, justo después de la gala de los Premios Goya, nos llegó a la redacción un mensaje de alguien muy cercano a otro alguien que había estado en la gala y en la fiesta posterior, que decía (tal cual): «Me comentan que la pareja de los Goyas no fue Vargas Llosa y Porcelanosa: les quitaron protagonismo Pelayo y Alborán.«
No es el primer ni último rumor, habladuría, confidencia que nos llega a la redacción. El problema es que cuando vas a publicar algo has de tener pruebas o testigos que puedan confirmar lo que dices. Porque si es verdad y salta la liebre te pudes marcar un tanto y no tener más problemas, o te puede caer una demanda y entonces tendrás que justificar cuáles eran tus fuentes. Es decir: o ganas un Pulitzer o te conviertes en Lydia Lozano.
Hay otra opción, eso sí, cuando quieres publicar algo y no puedes porque no tienes pruebas. Y es escribir un artículo en el que uses muchos interrogantes, muchos eufemismos y unas cuantas pruebas «inventadas». En vez de decir «novios» dices «¿novios?» y en vez de decir «pareja» dices «más que amigos» o «amigos especiales» o «muy buenos amigos». Como Corina y el Rey. Como si esto fuera Massachussets en 1956.
Eso fue lo que hicieron los chicos de Cromosoma X ayer, cuando publicaron una noticia en la que recogían tres pruebas «irrefutables» de que entre Pablo Alborán y nuestro queridísimo Pelayo había algo más que una amistad. ¿Y cuáles eran las pruebas? Una foto de Instagram de Pelayo en los Goya en la que salía Alborán al fondo (al lado de Pelayo estaba Alfonso Bassave, pero ése no cuenta), otra foto de Instagram en la que Pablo y Pelayo salían cenando junto a otros amigos y un supuesto vídeo (eliminado) en el que se oye a Pelayo decir «llegamos tarde» y una risa que han identificado como la risa de Pablo Alborán. ¡Y no les han dado un Pulitzer! ¡Gloria Serra está muriéndose de envidia!
https://www.instagram.com/p/BBeBLGbSXdC/
Si según esa foto Pablo Alborán y Pelayo son «más que amigos»… ¿Qué relación hay entre Juana Acosta y la lata de Fanta que surge de sus pechos? ¿EH? ¿EEEEHHHH?
La noticia, evidentemente, corrió como la pólvora por internet. Porque aunque no hay ninguna prueba, alguien se había atrevido a publicar con muchos interrogantes y muchos presuntamente un rumor que circulaba desde el domingo y que hasta la señora de la limpieza de una oficina de seguros en Moscú ha escuchado. El mundo se volvió loco hasta el punto de que otros medios más serios, como La Otra Crónica de El Mundo, han publicado la noticia hablando de esas tres pruebas pero sin citar a la fuente de tremendo trabajo de investigación.
Hasta en Vanitatis han hablado del tema y se centran en lo «extraño» que es que Pelayo publicara el vídeo y lo eliminara. «el hecho de que Pelayo lo eliminase rápidamente ha despertado el interés de sus seguidores: “¿Qué esconde?”, se preguntan.» Pues esconde un vídeo que probablemente grabó sin querer y publicó por error. ¿O es que tú nunca has mandado un vídeo o una foto a quien no querías o lo has publicado donde no iba? ¡Venga va!
A nosotros nos ha dado mucha envidia que Cromosoma se nos haya adelantado con esta espectacular noticia así que nos hemos puesto a investigar también y hemos descubierto dos cosas que nos han parecido alucinantes y que nadie ha publicado aún.
La primera:
Rubén Lodi y Cristina Cifuentes son «algo más que amigos«.
Y la segunda, más espectacular aún porque soy protagonista de la noticia y ni me había enterado:
https://www.instagram.com/p/yA-wc6kYCu/
Tengo una «bonita amistad» con Adrián Rodríguez. Pero ahora, presuntamente, nos estamos distanciando porque ha aparecido una tercera persona:
https://www.instagram.com/p/1aXhOwkYL1/
CHIMO BAYO
(La otra noticia que también me ha perturbado es que parece que no tengo otra camiseta)
Dicho todo esto, hemos hablado con gente muy cercana a Pelayo y nos han confirmado que no, que no están juntos. Que #PABLAYO para nada, tía. Que a lo mejor nos han mentido y lo están llevando en secreto. Pero por ahora esa conversación tiene más credibilidad que una puta foto en Instagram.
En Lecturas acaban de publicar que han hablado con fuentes de Telecinco y les han confirmado que no, que no son novios. Aunque lo que realmente nos preocupa de todo esto es la frase con la que cierran el artículo: «Las fans de Alborán, que han inundado las redes sociales con mensajes que van del enfado a la tristeza y al delirio adolescente pueden respirar tranquilas: ‘Pablayo’, de momento, no es una realidad.«
¿Pueden respirar tranquilas? Explíquemelo mejor.
Ay, periodismo… ¡con lo que tú has sido!
