Han pasado más de dos años desde que en junio de 2013 lady Putina Putin hiciera que en Rusia se aprobaran una serie de leyes en contra de la comunidad gay que trajeron tras de sí una serie de reacciones de las que os hemos hablado en sobradas ocasiones. Meses después en España surgía un nuevo sello editorial, Dos Bigotes, con ánimo de tratar la realidad LGTBI con un enfoque de calidad literaria, siendo El armario de acero su primer título. Para dejar clara su intención de activismo y nivel creativo decidieron editar un libro que diera voz al obligado silencio que muchos han de mantener en Rusia para conseguir sobrevivir.
La marica persona que les ayudó en esta labor fue Dmitry Kuzmin, con quien nos hemos puesto en contacto para que nos transmita su visión de lo que sucede en su país, su experiencia editorial con los chicos de Dos Bigotes y sus vivencias como hombre gay en un país donde puedes llegar a ser asesinado solo por amar.
¿Quién es Dmitry Kuzmin? ¿Por qué eres considerado un referente de la comunidad LGTBI en Rusia?
Hay muchos activistas LGTBI mucho más conocidos que yo en Rusia. Realmente yo no soy activista, sí que lo fui durante la década de los 90, pero dejé de serlo por lo ineficaz que es cualquier tipo de activismo en mi país. Lo que sí está claro es que soy exótico por el hecho de ser una figura intelectual pública abiertamente gay. Hay gente LGTBI en todas partes pero nadie se muestra o lo hacen tan solo en el ámbito más estrictamente privado. Por eso es que mi caso tiene cierta relevancia al ser alguien conocido, un poeta, crítico, traductor y editor que habla abiertamente de temas controvertidos, que se pone como ejemplo y que teoriza sobre cuestiones de nuestro tiempo como los conceptos de sexualidad o de género o sobre la actualidad gay. Todos ellos temas inexistentes en el ámbito público en Rusia.
“El armario de acero”
Además de por disfrutar de su lectura, merece la pena leer El armario de acero para conocer cómo se puede reaccionar ante un entorno en el que todo parece estar diseñado para acabar contigo por el simple hecho de ser quien eres, de sentir como sientes. De ahí que haya textos simplemente entretenidos y otros que tengan un punto complejo porque incluso en su manera de estar escritos expresan dolor, desequilibrio o desconfianza… Esto fue lo que os dijimos ¿de verdad? no me acuerdo, estaría bebido de este título cuando lo leímos, profundicemos un poco más con el hombre encargado de elegir a los autores incluidos en sus páginas.
¿Qué fue lo primero que pensaste al recibir esta propuesta de Dos Bigotes?
Lo primero que pensé fue que no existía ninguna antología de este tipo escrita en ruso. La única antología LGTBI rusa había sido publicada en inglés en San Francisco en 1997, y con un enfoque que no me gustó. No culpo a nadie por ello, pero creo que soy la única persona que puede llevar a cabo un trabajo de este tipo. ¿Por qué no lo había hecho? No por la ley en contra de la “propaganda gay”, sino porque sentía que no había ocurrido nada nuevo en este campo desde que en el año 2000 edité la primer revista rusa LGTBI (de la que se publicaron cuatro números). Algunos autores importantes habían dejado la literatura, otros seguían trabajando pero no habían hecho nada novedoso, y no habían surgido nuevos nombres. Revisé todo lo que conocía y me puse al día en cuanto a autores LGTBI, descubriendo algunos nombres entre las nuevas generaciones. Aun así, todavía me pregunto porque hay tan poca demanda de textos LGTBI escritos en ruso.
¿Cómo respondieron los autores seleccionados cuando les pediste que participaran en “El armario de acero”?
Toda petición es algo agradable para un autor, sobre todo cuando viene de fuera de su país, y no es habitual que los escritores rusos formen parte de la escena literaria mundial. Incluso aquellos presentes en el libro con una trayectoria ya consolidada, de 15 o 20 años, respondieron muy positivamente.
¿Se han publicado los textos de El armario de acero en Rusia en algún formato?
Casi todos los textos, excepto uno o dos poemas muy recientes, habían sido ya publicados. Las pequeñas publicaciones y revistas independientes no son algo habitual en la Rusia actual, pero algunas de ellas son muy abiertas en cuanto a sus temáticas y selectivas en el mejor sentido de la palabra. Desafortunadamente, su acceso a las redes de distribución está bloqueado, por lo que las que consiguen publicar apenas llegan a un número de 500 ejemplares, por lo que es prácticamente imposible tener acceso a ellas por la mayor parte de los lectores. De todas maneras, muchos editores independientes ponen casi todo el contenido de sus libros y revistas a disposición del público en internet.
¿Qué opinas del resultado final, del libro publicado?
Fue un gran trabajo realizado en un corto período de tiempo. De hecho, algunas piezas no se incluyeron porque no dio tiempo a traducirlas. En cualquier caso, no es fácil imaginar cómo recibe el lector español unos textos escritos de una manera y con una tradición literaria de fondo tan diferente. Pero de todas maneras, creo que es necesario recordarle a todo el mundo que la cultura rusa actual no se limita tan solo a los portavoces del fascismo del Kremlin.
Rusia y el movimiento LGTBI
Hartos, cansados, indignados,… así estamos de continuo viendo lo que sucede en un país que se ha tomado una botella de vodka los derechos humanos por montera. ¿Hay posibilidad de entender la razón de la sinrazón?
Las leyes anti-gays aprobadas en Rusia no tienen sentido alguno, ¿por qué se ha llegado a esto? ¿Cómo era ser LGTBI antes?
Saben lo que hacen y por qué. A las autoridades rusas no les importan las personas LGTBI. Tan solo necesitan tener a la gente común preocupada por algo ajeno a su día a día. Los rusos vivían muy bien hace 15 años por el alto precio del petróleo cuando las reformas económicas aún estaban por comenzar. Llegó un momento en que el gobierno se dio cuenta de que se habían acabado los buenos tiempos y que se avecinaba el desplome de la economía nacional. Así que encontraron una solución, mantener a la gente alerta ante ciertos peligros. Comenzaron así la retórica anti-Occidente y los conflictos, como la reciente guerra en Ucrania. Mr. Putin y sus aliados están manipulando a los rusos para que crean que tienen enemigos por todas partes excepto en el Kremlin. La comunidad LGTBI es tan solo una pieza en este puzle. Esto no quiere decir que antes la gente en Rusia fuera tolerante con la población LGTBI, pero se habían dado algunos pasos modestos en la buena dirección. Ahora todos esos esfuerzos de los años 90 han acabado en saco roto.
¿Están actuando también contra otros grupos sociales?
Si consideramos a la gente con un pensamiento independiente un grupo social, entonces sí. La realidad es que la situación es realmente mala, cualquier persona está en peligro cuando un gobierno autoritario utiliza la ideología para resolver los problemas económicos. Ahora mismo, por ejemplo, no hay dinero para importar condones (los producidos en el país son considerados muy malos) y han puesto en marcha una campaña de abstinencia sexual antes del matrimonio argumentando que el sexo seguro y la prevención del SIDA son parte de un complot occidental para nuestro espíritu patrio. No es algo tan solo en contra de los afectados por VIH, los de cáncer, por ejemplo, han visto reducidos los analgésicos con los que hacer frente al dolor, por lo que hay enfermos que se han visto abocados al suicidio para huir del sufrimiento. Y el gobierno ha encontrado una solución brillante para esto, prohibir a los medios de comunicación cubrir suicidios. ¿Es una campaña contra los que padecen cáncer? No, es tan solo la guerra del Kremlin contra el conjunto de la nación.
Más de dos años después de la aprobación de estas leyes, ¿cómo vive la gente LGTBI su vida emocional y sexual? ¿Cómo socializan, se conocen, viven con su pareja?
Depende de aspectos como su trasfondo cultural, financiero y profesional, entre otros. Los jóvenes bohemios de Moscú o San Petersburgo apenas habrán notado cambios en su vida diaria si no están interesados en la política. Sin embargo, los niños en edad escolar en las pequeñas poblaciones de los Urales están en serio peligro. En internet, la comunidad “Niños 404” creada para el apoyo mutuo entre adolescentes LGTBI, un colectivo lleno de historias dramáticas, ha sido prohibida por los tribunales porque las autoridades rusas dicen que no se les ha de apoyar. Podríamos pensar que esto tendría algo que ver con la legislación anti-gay, sin embargo muy poca gente ha sido perseguida bajo estas leyes y tan solo unas cuantas personas han perdido su trabajo (principalmente profesores, aunque es posible que sean más de los que parece ya que la mayoría de los casos no son cubiertos por los medios de comunicación). Pero el efecto a conseguir es muy obvio, extender el odio. La mayoría de la sociedad rusa actual es gente que “odia”, a los LGTBI, a los ucranianos, a los americanos o a quien sea. Es posible conocer a gente y enamorarse en apartamentos privados o en escondidos clubs nocturnos, pero algunos somos muy sensibles al odio que se respira en el aire.
¿Fue útil la manera en que respondieron Naciones Unidas o la Unión Europea? ¿Seguís recibiendo apoyo de estas instituciones?
Es importante entender que no se puede ejercer influencia alguna sobre las autoridades rusas para que cejen en su presión sobre la población LGTBI, solo acabar con el actual régimen de gobierno podría hacer que volviéramos a la senda de un difícil aperturismo. Mientras Rusia sea gobernada por Putin las cosas irán de mal en peor. Ahora mismo el único apoyo que pueden recibir los LGTBI rusos que así lo decidan, es ayuda para dejar el país.
¿Qué pueden hacer cambiar esta situación? ¿Cuándo crees que ocurrirá?
Espero que tarde o temprano los problemas económicos movilicen a la élite política y que esta inicie una revolución, sin embargo no veo fuerzas que puedan impulsar una revolución popular como las que se han visto en Ucrania o en Georgia. Si esto no ocurre habrá que esperar a la muerte de Putin ya que ninguna autocracia acaba hasta la muerte de su dictador.
Quedarse o marcharse
Podría parecer el título de una canción, una novela o una película, pero es la pregunta que seguro muchos LGTBI se plantean. Dmitry también.
¿Por qué sigues viviendo en Rusia? ¿Has considerado irte del país?
Acabo de hacerlo. Fue difícil porque tengo una familia poliamorosa y parte de ella optó por quedarse. De todas maneras ahora mismo vivo en Letonia con el hombre que es mi pareja desde hace 24 años y nuestra hija de un año. Espero retomar aquí mis proyectos como editor y ponerme manos a la obra con una antología de la literatura LGTBI rusa. Además, vamos a abrir una pequeña residencia para poetas y traductores en la que serán especialmente bienvenidos los traductores de literatura rusa. Me gustaría mucho, por ejemplo, ayudar a los que quisieran trabajar en un libro como ¡El armario de acero!
Imagina que tuvieras la oportunidad de hablar en persona con Putin, ¿qué le dirías?
Desearía tener un arma conmigo.
Poco más que decir, amigos LGTBI lectores de estoybailando.com. Queda mucho por hacer en Rusia y en muchos otros países donde ser como somos –maricas, gays, sarasas,… pero en cualquier caso, personas- supone ser insultado, encarcelado, golpeado o asesinado. No lo olvidemos.